Riazor registra esta temporada una media de asistencia que supera los 20.000 espectadores. Es de las más elevadas de Segunda División, pero hasta la fecha no ha colgado el cartelito que dice no hay billetes. Quedan 900 entradas, que el club pondrá hoy a la venta en las taquillas del Palacio de los Deportes. La visita del Sporting, que se viene a denominar como el clásico del norte, puede provocar que por primera vez en la temporada el estadio coruñés esté hasta los topes. El club envió 4.000 entradas a Gijón, que se acabaron rápidamente, pero hay constancia de que otros 2.000 seguidores rojiblancos consiguieron localidad comprándola directamente. Llegó gente que todavía no tenía garantizada una plaza en el estadio. El cálculo es que hoy se acabará el papel.

Ayer quedó claro que los visitantes sí acabaron con las plazas hoteleras y casi con las provisiones de restaurantes y bares. Desde antes del mediodía la ciudad coruñesa estaba casi colapsada por los colores rojo y blanco del equipo gijonés. Ni la lluvia fue un obstáculo. No lo había sido hace dos años cuando otro temporal anegó la ciudad coincidiendo con la visita del cuadro sportinguista. Había autocares aparcados en San Roque, a la altura del Milenium.

El partido, desde el punto de vista deportivo, es uno de los más atractivos de la categoría, la proximidad entre A Coruña y Gijón estimula si cabe más a los aficionados de ambos equipos a desplazarse a la ciudad del adversario cada vez que coinciden en la misma categoría. Garantía de lleno. Además, la reciente apertura de los dos últimos tramos de la autovía del Norte facilita el desplazamiento. En los últimos días se inauguraron los trazados de Luarca, en Asturias, y Mondoñedo, en Galicia. En definitiva, el viaje se puede realizar en dos horas y media. Bien que lo notaron los hosteleros coruñeses, sobre todo los de la zona centro. "Yo tengo todas las mesas ocupadas para mañana (hoy)", decía un hostelero a un compañero en la Franja.

"Estos locales que cierran todos los días a mediodía, hoy están abiertos", comentaban dos viandantes nativos en la zona de la Galera. En buena lógica, porque desde poco antes de las doce la mayoría de los bares y restaurantes que hay desde la calle de la Estrella hasta María Pita estaban llenos de sportinguistas. Estrella, Olmos, Galera, Barrera, Franja, Troncoso, todas las calles del centro estaban colapsadas.

La tarde y la llegada de la noche permitió ver todavía a más seguidores asturianos por las calles coruñesas. Era llegar y desplazarse a la zona centro de la ciudad. Incluso los taxistas aseguraban que no habían parado durante toda la jornada. Es la conclusión de la repercusión económica que tiene el Deportivo para la ciudad. En una época como la actual nadie ayer se quejaba. Si acaso los habituales a los lugares de todos los días. "Eres el segundo nativo que veo", decía un cliente a otro en un bar de la Franja.

Tamborileros e incluso un gaitero asturiano en solitario estuvo recorriendo todos aquellos lugares en los que se olía a ambiente sportinguista. ¿Camisetas blanquiazules? Alguna acompañando a grupos de la Mareona. El grueso del colectivo deportivista se reserva para este mediodía, para demostrar que Riazor se llena, o casi, sea el rival que sea.