A ocho jornadas para el final, el Deportivo parece haber encontrado el pulso necesario para afrontar el tramo decisivo del campeonato. Dos victorias consecutivas le han colocado en una posición ventajosa frente al resto de rivales al ascenso y como el aspirante más serio a obtener uno de los billetes directos a Primera División. El margen para un tropiezo, sin embargo, sigue siendo reducido si se atiende a la igualdad que ha caracterizado al campeonato desde su comienzo y los vuelcos que se han sucedido de manera más o menos frecuente en la clasificación.

Advertido de ello, pero a la vez animado por los resultados de ayer de sus perseguidores, el Deportivo comparecerá este mediodía en el estadio de Son Moix para enfrentarse al Mallorca (12.00 horas) en uno de los compromisos de mayor calado que le quedan a los de Fernando Vázquez de aquí al final de la competición. Una victoria aseguraría a los deportivistas mantener intacto el margen que cosecharon las dos últimas jornadas y de paso acabar con las pocas opciones de pelear por el ascenso que le quedan a uno de los principales favoritos.

Los papeles, sin embargo, se han invertido, y ahora es al Deportivo al que se le otorgan todas las posibilidades de retornar a Primera División a final de curso. Incluso el entrenador del Mallorca en sustitución del destituido José Luis Oltra, Lluís Carreras, traslada toda la presión a los blanquiazules, que casi con total probabilidad regresarán a la versión que han explotado con éxito a domicilio.

Vázquez regresará al doble pivote a pesar de las buenas sensaciones del equipo la semana pasada contra el Recreativo con Juan Domínguez como único sostén del centro del campo para privilegiar la solidez que le ha permitido al equipo convertirse en el mejor visitante de la categoría.