El deportivismo reventó el sábado tras el triunfo frente al Jaén, que significó el regreso matemático a Primera División. La noche fue larga. La ocasión lo requería y la afición lo merecía. Llevaban semanas los seguidores esperando la confirmación del ascenso. Y llegó con una victoria necesaria. Desde el pasado 13 de abril no ganaban los coruñeses en su ambiente cuando se impusieron al Recreativo de Huelva por dos goles, anotados por Juan Carlos, al principio del choque, e Ifrán. Después llegaron Ponferradina (0-3) y Eibar (1-1), que se llevaron una victoria y un empate. Se marcharon con un buen botín, como hicieron antes otros once equipos. Sólo siete triunfos en veinte partidos lograron los blanquiazules ante su parroquia. Una cifra muy pobre. Sobre todo para unos seguidores que siempre marcan el camino a seguir y que siempre "van un paso por delante", como reconocieron futbolistas y técnicos blanquiazules en las últimas temporadas.

En verano, antes de que se supiese si el equipo era capaz de continuar en Segunda, el club ya había inscrito a más de 15.00 socios. El 31 de julio de 2013 es una fecha histórica por lo que pudo ser. Durante toda la temporada los aficionados la seguían recordando. Ese día, el deportivismo respiró. Se supo que el equipo competiría en Segunda División con un objetivo: mantenerse y no pasar apuros. Agosto fue un mes movido porque los seguidores seguían acudiendo a la Oficina de Atención al Socio y al Accionista para renovar su carné anual o darse de alta. Así, hasta superar de nuevo los 22.000 abonados. Una cifra que no se ve reflejada en los partidos en Riazor. "Existe un número importante de socios que no vienen al campo", dijeron los nuevos dirigentes. Es posible que suceda, pero las cuentas no cuadran.

En el último partido más de 33.639 espectadores pasaron por los tornos de las puertas de Riazor. La mejor entrada de la temporada. Como siempre, los seguidores estuvieron al lado del equipo en el que era ya el partido definitivo con motivo de la visita del Jaén, había que sumar un punto. Aunque los aficionados necesitaban un triunfo. La fiesta no sería lo mismo con un simple empate. El objetivo estaría alcanzado con una derrota, tras los resultados de Sporting y Las Palmas. Pero no era lo mismo. Con las tablas ante el Eibar, anterior visitante, era la decimotercera vez a lo largo de la temporada que se marcharon puntos. Los coruñeses sumaron 30 como locales. Fuera de casa lograron 36, el récord a domicilio del equipo coruñés, que batió en Vitoria la marca alcanzada dos años atrás por el equipo entrenado por José Luis Oltra y que todavía puede ampliar en Girona. Hace dos años el cuadro blanquiazul logró el ascenso con puntuación récord en la categoría y también en el número de triunfos.

El buen hacer del equipo fuera de casa permitió satisfacer el deseo de los aficionados, que por fin se hizo realidad en ante el Jaén. Los seguidores deseaban culminar ya el salto a Primera de forma oficial hace dos semanas. No pudo ser contra el Eibar. Tampoco en Soria una semana después, a pesar de que también valdría un empate. La derrota ante el Numancia parecía que por primera vez el ascenso correría peligro, pero también fallaron los adversarios, sobre todo el Las Palmas, que perdió en casa ante el Recreativo. Con ese marcador, al cuadro de Vázquez le bastaba un empate ante un Jaén que se juega la permanencia. Pero el deportivismo necesitaba lo que obtuvo: un triunfo.

Con el equipo en Primera División, el aficionado vio colmado su deseo. El equipo blanquiazul está de nuevo entre la elite. "Barça, Madrid, ya estamos aquí", había gritado Augusto César Lendoiro en junio de 1991 tras la victoria ante el Murcia. María Pita estaba abarrotada y nadie entendía al entonces presidente. Ahora, ya se sabe qué significado tenía aquella frase. Su sucesor, Tino Fernández, aseguró desde un principio que es "un ganador" y que quiere un equipo "arriba". Va a ser complicado por las obligaciones para satisfacer la deuda, pero sabe del importante respaldo de la masa social que está por detrás del club. Incluso un paso por delante, como sucede con el equipo.