El Deportivo tiene pendiente un partido para cerrar oficialmente la temporada 2013-14 (sábado, 8, en Girona a las 18.30 horas). Un partido de trámite en el que se jugará solo la posibilidad de finalizar de nuevo como campeón de Segunda División. Tiene ya el billete para Primera, donde volverá a competir el próximo curso. Para entonces, el equipo coruñés tendrá que reinventarse ya que ocho de los futbolistas que forman parte de la actual plantilla concluyen su compromiso con la entidad blanquiazul. Cuatro son cedidos -Sissoko, Ifrán, Salomão y Rabello-, los otros cuatro firmaron por esta temporada únicamente -Lux, Marchena, Lopo y Núñez-. Forman la columna vertebral del equipo que alcanzó el objetivo del ascenso.

Todos los demás tienen contrato en vigor, incluido Manuel Pablo, con cuatro años más, bien sobre el terreno de juego o bien ocupando un cargo en el equipo técnico del club, aunque el capitán ya dijo hace una semana que su deseo es "seguir jugando". También está Toché entre los que continuará, ya que se comprometió por una campaña con opción a otra más en el caso de que el equipo ascendiese. Hasta 2015 firmaron también Borja, cedido por el Atlético de Madrid, Wilk y Arizmendi. Los dos últimos sin excesivo protagonismo, sobre todo en la segunda vuelta, durante la que permanecieron lesionados durante bastante tiempo.

De los que acaban, el club tiene interés principalmente en la continuidad de Germán Lux, aunque dependerá de la exigencia económica del portero argentino para que se proceda a su renovación. También está Lopo, aunque el zaguero catalán ya manifestó cuando se reincorporó al club blanquiazul que su única idea era comprometerse hasta el final de la actual temporada. En principio, su intención sería continuar. Dependerá del deseo de los técnicos y de sus pretensiones. Su rendimiento durante los meses que estuvo aquí fue más que positivo. Después quedan Marchena y Núñez. El madrileño hizo un esfuerzo en el primer tramo del campeonato cuando aceptó un contrato hasta diciembre. Su trabajo le permitió la renovación hasta junio. Y el andaluz también apostó claramente por seguir de blanquiazul, aunque fuese en Segunda. El hándicap puede ser su edad.

De los cuatro cedidos, Salomão podría ser una opción más que interesante. El portugués se lesionó de gravedad nada más aterrizar y no pudo aportar ni seguir el proceso de formación para el que llegó cedido. Allegados al jugador aseguran que todavía mantiene su piso en A Coruña, a pesar que desde que se lesionó regresó a Lisboa. También manifestó su intención de continuar Diego Ifrán. El delantero uruguayo llegó en calidad de préstamo por la Real Sociedad tras la baja de Salomão. En la Real, que va a disputar la Liga de Campeones, no se ve con sitio y quiere continuar en el equipo en el que se reencontró con el fútbol y con el entrenador que le volvió a dar confianza. También Sissoko, durante la fiesta por la celebración del ascenso, insistió en que quiere quedarse. Fernando Vázquez apostó por él, cuando en Francia no jugaba ni se entrenaba. Aquí volvió a disfrutar con el fútbol y a sentirse importante. También se revalorizó y el Wolsburgo de Alemania, club al que pertenece, se plantea el traspasarlo y recuperar parte del dinero que invirtió en él. Rabello sigue siendo una perla para el Sevilla y su futuro es una incógnita.

Ahora, con el Deportivo en Primera División, es posible que los clubes de procedencia de todos los futbolistas que llegaron cedidos no sean tan generosos y reclamen una mayor cantidad por el préstamo de sus jugadores. Los dirigentes y técnicos ya han empezado a realizar gestiones para dotar al equipo de los refuerzos necesarios y conseguir un bloque que sea capaz de asentarse en la División de Honor, tan necesaria deportiva como económicamente. Llegarán refuerzos, seguro. Dos laterales, dos centrocampistas, un jugador de banda y un delantero son las demarcaciones pretenden cubrir desde la plaza de Pontevedra. Hay quince futbolistas con contrato, y si continúa alguno más de los que acaban, incluidos los cedidos, más los nuevos, la plantilla se disparará. Por eso, los dirigentes ya piensan en la cesión de alguno de los actuales jugadores del primer equipo. Uno de los casos más claros es el de Luis Fernández, un futbolista con unas condiciones espectaculares pero que todavía no "explotó", como se dice en el argot futbolístico.

La base parece hecha. La defensa girará en torno a Insua que, pese a su juventud, se convirtió en el líder de la zaga en su estreno en la categoría, estreno en el sentido de convertirse en protagonista. Y en el centro del campo, de nuevo será Juan Domínguez el jugador sobre el que pivote el juego del equipo. Con el de Pontedeume hay un pequeño problema, que acaba su contrato en 2015 y según los dirigentes, "no quiere negociar la renovación", palabras atribuidas al representante del centrocampista coruñés. Si la situación se enquista, es posible que se produzca una salida antes de tiempo para que el club pueda percibir alguna cantidad por uno de los mejores jugadores que produjo Abegondo. Si no hay ningún acuerdo, el futbolista se quedaría libre en junio de 2015. "Juan Domínguez siente como deportivista y es deportivista", sentenció Fernando Vázquez cuando los dirigentes anunciaron que no era posible sentarse a negociar su renovación. Ese sentimiento puede ser clave para la continuidad dl líder de un equipo que quiere asentarse de nuevo entre la elite para, cuando sea posible, mirar de nuevo "hacia arriba", como dice Tino Fernández, el presidente.