Tercera derrota consecutiva del Deportivo y de nuevo, como en Balaídos, injusta. Como mínimo hizo méritos para empatar, pero en Primera los errores se pagan caro, tanto los ofensivos como los defensivos. El conjunto coruñés falló muchas ocasiones, demasiadas, sobre todo en una primera parte notable, de lo mejor de la temporada. Solo le faltó el gol para plasmar en el marcador su dominio y tras el descanso pegó un bajón considerable, futbolístico y también físico. Acabó tieso y se le fueron cayendo piezas una detrás de otra: Cuenca, Fariña y también Hélder Postiga, que completó el partido por orgullo pese a no poder casi ni caminar. En el 93 llegó el mazazo del 0-1, duro castigo para un Dépor que tiene cosas buenas, pero que se parte con demasiada facilidad. Le falta estar más juntito, saber cuándo tiene que ir y cuándo toca esperar, y también, por qué no, ese puntito de suerte imprescindible.

Víctor Fernández cumplió con lo previsto en su formación inicial. Reforzó su confianza en Germán Lux y también en Hélder Postiga para repetir la misma alineación del martes en Balaídos. Le gustó la segunda parte que hizo en Vigo su equipo, profundo y descarado en ataque, y así quiso iniciar el encuentro ante el Almería. Dicho y hecho. El Dépor mostró su versión más ofensiva de la temporada para poner cerco a la meta de Rubén. Tardaron en llegar las ocasiones claras, pero el dominio local fue rotundo. Eso sí, los andaluces daban relativa sensación de peligro cada vez que salían a la contra, con Édgar y Hemed apareciendo mucho y bien en campo contrario.

Al Deportivo, demasiado partido por momentos, le costaba agruparse sin balón. Vivía casi permanentemente cerca del área rival, con Cuenca y Juanfran muy participativos desde las bandas. La derecha fue la más productiva, con Laure sumándose una y otra vez al ataque para asociarse con Juanfran, Postiga o Fariña. El argentino, intermitente, demostró su talento con algunas pinceladas de gran calidad. Solo fogonazos aislados. Le cuesta aparecer, pero cuando recibe y encara casi siempre pasa algo bueno para el Dépor. Lo mismo trata de hacer Cuenca desde la izquierda, aunque muchas veces sus caracoleos mueren lejos del área rival. Aun así el catalán derrochó desparpajo para intentar varias diagonales hacia portería. En el 25 se dejó caer a la derecha para triangular con Juanfran y culminar la jugada con un disparo cruzado que no encontró portería por poco.

Fue el primer aviso serio del Deportivo, hasta entonces profundo pero sin ocasiones verdaderamente peligrosas. Tres minutos después, en el 28, volvió a rondar el gol con otra oportunidad aún más clara, un remate de Sidnei al palo tras una falta lateral ejecutada por Medunjanin. Al Dépor solo le faltaba el 1-0 para reflejar en el marcador su superioridad sobre el terreno de juego. Lo siguió buscando con insistencia en la recta final del primer acto, en el que el Almería también se estiró para poner a prueba a Lux. Primero fue Hemed el que buscó el disparo desde la frontal del área (m.39) y cinco después Dubarbier obligó al argentino a despejar con apuros su potente lanzamiento. La réplica del Dépor, justo antes del descanso, la fabricó Juanfran desde la derecha y la culminó Fariña con un disparo al que le faltó poco para batir a Rubén.

Bastante peor entró el equipo coruñés en el segundo tiempo. Le pudo el ansia y también el paso al frente que dio el Almería, menos agazapado en su área y creyendo cada vez más en la posibilidad de arañar más de un punto de Riazor. El Dépor siguió echando de menos a Fariña, todavía más desaparecido que en la primera mitad, y recurrió al balón parado para generar peligro. En el 63 rondó de nuevo el gol tras un córner lanzado por Medunjanin y rematado por Postiga. Rubén se encontró el balón para alejar el peligro.

El partido se convirtió en un ida y vuelta constante, con llegadas sucesivas para los dos equipos. Una lucha abierta en la que el Dépor suele salir peor parado por su tendencia a estirarse y no replegarse con eficacia. Ayer dejó espacios, demasiados, y no supo frenar al rival con la suficiente contundencia. Los blanquiazules acabaron fundidos físicamente. Cuenca y Fariña tuvieron que pedir el cambio. También Hélder Postiga, cuyos isquiotibiales dijeron basta con las tres sustituciones ya agotadas.

El portugués acabó el partido sin casi poder correr. Quizá por esa circunstancia no pescó la mala cesión de Trujillo a Rubén a diez minutos del final. Le faltó una pizca más de velocidad y fe para recoger el balón antes de chocar contra el portero. Fue la penúltima clara del Dépor, que recurrió a la solución fácil del pelotazo para llegar al área. Toché saltó a por todos los balones y Cavaleiro hizo la guerra por cuenta. El portugués recibió de Canella dentro del área pero se hizo un lío y no acertó ni a disparar ni a pasar.

Ataque sin freno, pero también sin orden y dejando las espaldas descubiertas. Lo aprovechó el Almería para sacudirse el dominio con algunas llegadas claras, como un lanzamiento lejano de Thievy que Lux rechazó y Aseez remachó a gol, aunque en fuera de juego. En cambio, el disparo de Édgar, ya en el 93, sí subió al marcador. Directo a la escuadra tras rozar en un defensa. Otro golpe fatal en los instantes finales para el Dépor, que visitará Sevilla con solo cuatro puntos en seis jornadas, al borde de los puestos de descenso. Fuera del hoyo. De momento.