El delantero que contrate el Deportivo en el mercado de invierno que se abrirá el próximo día 1 de enero tendrá que ser comunitario, porque con la llegada de Celso Borges -que en el club dan casi por hecha- el equipo tendría cubiertas las tres plazas de extranjeros -extracomunitarios- que están permitidas en Primera División.

Luis Fariña, con pasaporte argentino, y Sidnei Rechel, brasileño, ocupan en estos momentos dos de las tres fichas que tiene el conjunto blanquiazul reservadas a los futbolistas con pasaporte de fuera de la Comunidad Europea. Sidnei, que lleva varios años en Portugal, solicitó la doble nacionalidad, cuyo trámite ya empezó, pero cuando obtenga la respuesta es posible que se haya acabado la temporada. Y el central está cedido por el Benfica hasta final de curso.

Celso Borges, de Costa Rica, sería el tercer extranjero, por eso los técnicos y dirigentes buscan un delantero español o comunitario para poder reforzar el equipo. De hecho es en lo que se está volcando en estos momentos la secretaría técnica, sobre todo una vez cubierta la vacante en el centro del campo que requería Víctor Fernández.

El club coruñés ya ha entablado contacto con algunos de los futbolistas que les podrían interesar, dentro de los medios de la entidad, pero hasta ayer esos primeros contactos no fueron fructíferos. Uno de los objetivos principales era la incorporación de Oriol Riera, pero el dinero puede ser un obstáculo insuperable. "La Championship -Segunda División inglesa- es la cuarta más fuerte de Europa", comentó Javier Picallo, el agente del futbolista. Se refería al potencial económico.

De hecho el Wigan, club al que pertenece, desembolsó este verano una cantidad cercana a los 2,5 millones de euros por hacerse con sus servicios con una oferta también considerable que estaría lejos del alcance del club coruñés, por lo menos en las circunstancias económicas actuales. La solución pasaría por una cesión y que el conjunto inglés se hiciese cargo de parte de la ficha del delantero catalán.

Otro de los nombres que se barajan en el Deportivo es el de Javi Guerra -cruel verdugo blanquiazul durante su época en el Valladolid-, que también milita en la Championship formando parte del Cardiff City, al que llegó el pasado verano. Como en el caso de Riera, Guerra no cuenta para el entrenador como le gustaría y no vería mal una salida en el mercado de invierno. El problema sería el mismo en ambos casos, el importante desembolso económico que realizaron sus clubes durante el verano y el montante de sus contratos.

La necesidad de buscar un atacante comunitario limita sobremanera a los técnicos, aunque manejan un sinfín de nombres que se puedan adaptar a las circunstancias federativas y económicas del club. Los que más han sonado hasta ahora son futbolistas españoles, pero el abanico ofrece algunas posibilidades, sobre las que están trabajando en la actualidad con el fin de dotar cuanto antes al equipo de los refuerzos reclamados.

Lo idóneo sería que Víctor Fernández, que seguirá por lo menos hasta el partido contra el Athletic, los tuviera a sus órdenes nada más abrirse el plazo de inscripción de nuevos futbolistas. Algo que solo podría suceder con Celso Borges, pero con el atacante es menos probable porque todavía no han encontrado a ninguno que esté dispuesto a aceptar las condiciones que se ofrecen desde la plaza de Pontevedra. Es el problema que tiene disponer de un límite salarial que, en principio, el Deportivo no podría sobrepasar, salvo demostrar unos ingresos mayores.