Las fuerzas se han igualado al máximo con respecto al derbi de la primera vuelta en Balaídos, donde el Deportivo se presentó con numerosas bajas y todavía en su fase inicial de construcción. Ahora es un equipo mucho más hecho, muy mejorado con respecto al que estuvo a punto de arañar un empate en Vigo. Afronta el nuevo derbi en su mejor momento de la temporada, impulsado tanto por los buenos resultados como por las sensaciones positivas que transmite últimamente, sin ir más lejos el pasado fin de semana pese a perder en el Bernabéu. Su línea es claramente ascendente, igual que la del Celta, que superó su largo bache con varios partidos de mérito, el último el del triunfo del pasado domingo frente al Atlético, vigente campeón. Los dos gallegos llegan al alza a Riazor, donde el equipo coruñés apelará al factor campo para conseguir una victoria con premio extra por el valor simbólico que siempre tiene derrotar al conjunto vigués.

Víctor Fernández recupera a Sidnei y Juanfran, que completarán la defensa de gala junto a Lopo y Luisinho. José Rodríguez, que no pudo jugar en el Bernabéu por contrato, será la otra novedad en la formación titular del Deportivo. Los demás serán los habituales de las últimas jornadas, incluidos los coruñeses Álex Bergantiños y Lucas Pérez. El de la Sagrada Familia estuvo en la primera vuelta en Balaídos. No así el de Monelos, cuya vuelta a la competición ha sido una de las claves para la mejoría del Deportivo. También decisiva está siendo la presencia de Celso Borges, hasta el momento el fichaje más productivo de los cuatro que llegaron en enero. Oriol Riera, otro de los nuevos, buscará su primer gol con la camiseta blanquiazul ante su exequipo.

Eduardo Berizzo, por su parte, también apostará por la continuidad y repetirá el once que doblegó al Atlético con la esperanza de romper su gafe en Riazor, su pesadilla particular cuando era futbolista celeste. Será un derbi marcado por la máxima igualdad y una enorme tensión, como todos, pero también por dos propuestas futbolísticas dominantes. Los dos querrán el balón, así que la batalla en el centro del campo será una de las claves, tan importante como saber controlar las emociones. Evitar la sobreexcitación es obligatorio en este tipo de encuentros tan viscerales y a priori igualados. Suelen decidirse por pequeños detalles. No hay grandes diferencias, y menos ahora, con Deportivo y Celta en clara línea ascendente.