El 2 de marzo de 2014, hoy hace justo un año, el Deportivo lograba ante el Hércules los tres puntos más caros de toda la temporada en su accidentado camino de retorno a Primera División. Aquel domingo ganó 3-2 en Riazor -con un gol de Juan Carlos y un doblete de Toché, el segundo en el 84- pero perdió a dos jugadores clave: Luisinho, sancionado con cuatro partidos tras la roja que vio por sus protestas a un linier; y sobre todo Diogo Salomão, que cayó lesionado de gravedad en el minuto 7. Le diagnosticaron una rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha, de la que fue operado cinco días después en Lisboa. Desde entonces, no ha vuelto a competir en Liga.

Decía adiós a la temporada tras haber brillado en los seis partidos que jugó a las órdenes de Fernando Vázquez desde su llegada en el mercado invernal, con gol incluido ante el Sabadell. De inmediato inició su plan de recuperación en Portugal y viajó a A Coruña para sumarse a la fiesta del ascenso tras el triunfo ante el Jaén que devolvía al equipo a la elite. Regresó en verano, de nuevo cedido por el Sporting de Portugal, cargado de ilusión por recuperarse cuanto antes y superar definitivamente su mala suerte con las lesiones para acabar triunfando en su cuarta etapa en Riazor.

El 5 de noviembre del año pasado, ocho meses después de su última grave lesión, recibía el alta médica. Por fin todo parecía listo para su regreso a la competición. La rodilla estaba perfecta, pero le seguía causando pequeñas molestias con relativa frecuencia, la suficiente para que no pudiera adquirir esa chispa característica que necesita su fútbol eléctrico. Ese fue el motivo que demoró más de la cuenta su reaparición. Solo tuvo minutos, concretamente 21, en el partido de vuelta de la eliminatoria de Copa del Rey contra el Málaga, el 18 de diciembre. En el campeonato de la regularidad sigue inédito desde aquel desgraciado episodio en Segunda ante el Hércules. Todo un año liguero sin Salomão, actualmente de baja por una lesión muscular de grado I en el sóleo de la pierna derecha.

Quedan trece jornadas y el portugués seguirá poniendo todo de su parte, como siempre ha hecho hasta ahora, para poder ayudar a sus compañeros dentro del campo. Le falta ritmo y su competencia directa en la banda ha crecido tras la llegada en el mercado invernal de su compatriota Hélder Costa, pero su ilusión por contribuir al objetivo de la permanencia sigue intacta.