La Liga de Fútbol Profesional, que actúa como acusación en la instrucción del caso Levante-Zaragoza, ha ampliado la querella por "apropiación indebida" y por "estafa". Según fuentes jurídicas, se ha iniciado la apertura de investigaciones por dos delitos que, hasta ahora, no estaban contemplados en los autos. En este caso la querella va dirigida únicamente al expresidente del Zaragoza, Agapito Iglesias, y al exdirector financiero del club maño.

La nueva querella está argumentada en las sospechas del fiscal sobre el uso indebido de 965.000 euros, el dinero con el que el Zaragoza compró presuntamente el partido ante el Levante que acabó condenando al Deportivo al descenso. Se habla de "apropiación indebida" porque la entidad que presidía Agapito no registró estos pagos en sus cuentas, y de "estafa" porque es un dinero que utilizó fraudulentamente y sin que fuera aprobado por su Consejo de Administración. Según el fiscal, el desembolso del casi un millón de euros supuso el factor desencandenante por el que el Zaragoza entró a continuación en concurso de acreedores, algo que ocurrió sólo un mes después (11 de junio de 2011) del Levante UD-Zaragoza.

Agapito Iglesias, expresidente del Zaragoza; Antonio Prieto, exdirector deportivo del club; y Javier Aguirre, exentrenador del equipo aragonés, declararon ayer en la causa por el presunto amaño de ese partido. Ninguno de ellos hizo valoraciones públicas ni antes ni después de su declaración. "No puedo decir nada por decisión de mi abogado. Muchas gracias por su comprensión", se limitó a afirmar Aguirre a la entrada de la Ciudad de la Justicia de Valencia.

La presencia del técnico incrementó la asistencia de periodistas con la llegada de medios mexicanos y japoneses, ya que cuando se hizo público que Aguirre debía declarar el técnico era seleccionador nacional de Japón y fue destituido. Antes de ellos declararon también en Valencia Ángel Lafita, exjugador del Zaragoza y anteriormente del Deportivo, y Francisco Checa, directivo entonces y que ahora sigue en la entidad.