Perla y Omar son dos hermanos que decidieron realizar cerca de 20.000 kilómetros para pasar un fin de semana en A Coruña, la distancia que existe entre la ciudad herculina y Lima (Perú). Casi un día entero de viaje entre la ida y la vuelta para regresar a sus orígenes. El apellido de Perla y Omar es Montalvo y son hijos de Óscar Montalvo Finetti, aquel extremo izquierdo que jugó en el Deportivo entre 1962 y 1967, cinco temporadas en las que dejó una gran huella entre los aficionados blanquiazules y mucho más profunda entre sus vecidos y amigos de la calle de la Merced, donde residió durante su etapa como deportivista y aún posteriormente cuando continuó desarrollando la función de entrenador. El Sin Querer fue uno de los equipos que dirigió antes de regresar a su Perú natal.

Los hermanos Montalvo creyeron oportuno que había llegado el momento de recorrer de nuevo los lugares en los que se criaron. Perla nació en Perú, pero con seis meses ya estaba en A Coruña. "Mi papá había venido solo en verano para instalarse y después llegamos mi mamá y yo. Por lo que me cuentan yo tenía seis meses entonces", explica la hija del exfutbolista blanquiazul. Omar afirmaba: "Yo soy coruñés", mientras paseaba por unas calles por las que había pasado numerosas veces pero que casi no recordaba. Él, como otros dos hermanos, nació en A Coruña, a donde nunca más había vuelto desde que su familia decidió hacer las maletas para instalarse de nuevo en su país. "Hace ya mucho tiempo que había decidido venir aquí. Tenía que volver, porque nací aquí y porque mis padres siempre nos hablaron muy bien de la ciudad", dice Omar. "Yo me lo había planteado también, pero mi idea no era viajar ahora, aunque mi esposo me animó al saber que Omar y su esposa Gloria se venían ya para acá", comenta Perla.

Y el reencuentro no pudo ser más emotivo. Perla es la que todavía tiene imágenes de su época en A Coruña, Omar tiene los recuerdos que memorizó cuando su padre le ponía las imágenes de lo que grababa con su cámara. "Eran imágenes en blanco y negro, con una cámara de la época, pero se veía bastante bien", dice Omar. "Recuerdo los paseos hasta María Pita, la playa de Riazor y, sobre todo, cuando íbamos a Santa Cristina", rememora la hija del exfutbolista. Lugares que ahora poco tienen que ver con aquellos que todavía retenía en su retina, entre los que destacan la Torre de Hércules. "¡Cómo no!", dicen los hermanos. Hasta de eso se acuerda Omar Montalvo.

Paseos por los lugares más característicos de la ciudad, pero la visita obligada fue a la calle de la Merced, donde tenía su residencia la familia. "Encontré el portal a la primera", comenta una feliz Perla. La emoción desbordó a ambos hermanos cuando se encontraron en plena calle con Chemi, un viejo amigo de su padre que incluso había viajado a Perú hace años para visitar a la familia. Con él departieron un cocido el sábado y repasaron historias que los Montalvo apenas recordaban. Fue apenas un fin de semana, que no les dio ni para saber dónde está enterrado uno de sus hermanos. "Murió con quince días de vida", recordaron. Ess el motivo para un posterior viaje.

Una corta y larga excursión para pasear por sus orígenes, encontrar a examigos de su padre y recordar un poco su figura, la de ese extremo muy habilidoso, internacional con Perú, con el gran Perú, y que dedicó su vida a enseñar a los más pequeños en la escuela que lleva su nombre cuando decidió regresar a su país. Jefferson Farfán, exPSV y en la actualidad en el Schalke 04, es el futbolista con más renombre que fabricó el exdeportivista. "Dormía en casa para poder entrenarse por el trabajo de su madre", recuerdan los hermanos. Montalvo falleció en 2006, poco después de recibir la invitación para acudir al Centenario del Deportivo, que no pudo aceptar.