Se acabaron las palabras y las buenas intenciones. Es el momento de los hechos. Hoy al Deportivo le toca hablar en el campo si quiere seguir soñando con salvarse. Por Riazor pasa el último tren por la permanencia. Ya no habrá más oportunidades, por mucho que los rivales directos se empeñen en fallar semana tras semana. Si esta noche el Dépor no gana, tendrá pie y medio en Segunda. Después de doce partidos sin vencer, está obligado a reencontrarse con el triunfo para obtener esa vida extra que le permita mantener la esperanza de evitar una de las tres últimas plazas. Aún es posible, pero todo pasa por sacar adelante como sea el encuentro de esta noche. En su mano está derrotar al Villarreal, que llega plagado de bajas, hasta siete, e inmerso también en una larga crisis de resultados: diez partidos sin ganar, ocho de ellos de Liga.

Lo primero para sumar los tres puntos es querer. Eso, por encima de todo. El Dépor está obligado a salir al campo a morder desde el pitido inicial, no a verlas venir como en Elche. El miércoles fue una caricatura de equipo, siempre a merced de un rival teóricamente de su mismo nivel. Ofreció una imagen lamentable, impropia de un club centenario y miembro de ese selecto grupo de los campeones de Liga. Hoy el cambio tiene que ser radical. Solo así podrá aspirar a hundir al submarino amarillo, un adversario siempre peligroso pese a que llega debilitado por las bajas. Más allá de las cuestiones futbolísticas, el Deportivo tiene que afrontar el encuentro como lo que es, una final. Debe demostrar que se está jugando la vida y que de verdad le importa salvarse. En Elche, desde luego, no lo pareció. De ahí el cabreo de muchos seguidores, empezando por los 50 que anteayer acudieron a Abegondo a increpar a los jugadores. Hoy el aliento de la afición volverá a ser clave para subirse todos juntos a ese último tren.

Víctor Sánchez, que no puede contar con Juan Domínguez por lesión, hará algunos retoques con respecto al once que se estrelló en el Martínez Valero. Laure y José Rodríguez tienen opciones de entrar. En cambio, Salomão y Fariña verán el partido desde la grada, ambos descartados por decisión técnica. Por su parte, Marcelino García Toral recupera a Vietto y Jonathan dos Santos pero sigue muy justo de efectivos, por lo que ha tenido que echar mano de tres futbolistas del filial para completar la convocatoria: el portero Aitor Fernández, más los centrocampistas Alfonso Pedraza y Sergio Marcos.