En función de lo que tenga en mente Víctor Sánchez para el partido de mañana contra el Levante, se repartirán las posiciones en la delantera del equipo. Si el técnico se decide por la versión que ha empleado en los dos últimos partidos, la vanguardia deportivista se mantendrá inalterable, con Lucas Pérez y Oriol Riera; pero si finalmente escoge el planteamiento con tres defensas, la parcela de ataque también podría cambiar. Toché, Cavaleiro, Fariña, Hélder Postiga y los propios Lucas y Riera se repartirán unas posiciones muy disputadas en el sistema del entrenador, pero al mismo tiempo de las que más quebraderos de cabeza ocasionan a Víctor Sánchez del Amo.

Desde su llegada, el exjugador no ha sido capaz de solucionar los problemas en ataque del equipo. Las ocasiones siguen llegando, pero persisten los mismos problemas para materializarlas. Ante el Athletic la semana pasada volvieron a manifestarse esas dificultades y terminó siendo un defensa (Alberto Lopo) el que rescató un punto fundamental para las aspiraciones de permanencia de los deportivitas.

Las opciones ante el Levante, sin embargo, pasan por lograr la máxima efectividad ante un conjunto con reputación de fortaleza defensiva. Quizá por eso ayer Víctor Sánchez decidió dividir el entrenamiento para que sus jugadores de ataque practicaran la definición.

El técnico dejó en manos de uno de sus ayudantes, David Dóniga, la supervisión de unos ejercicios en los que el remate fue el protagonista. Por allí pasaron Oriol Riera, Toché, Cavaleiro, Fariña, Lucas Pérez y Postiga en una suerte de competición por parejas en la que el ganador evitaba, además de la mofa de su compañero, el castigo de completar una serie de flexiones sobre el césped.

A todos se les vio muy enchufados, especialmente a Lucas Pérez, molesto por momentos por su falta de puntería y otros por los servicios que recibía desde la banda. Y es que el ejercicio consistía en rematar las asistencias que les llegaban a los jugadores en diferentes situaciones. En unos casos eran cesiones en la frontal y en otros centros desde los costados, pero siempre con un denominador común: los obstáculos en forma de muñecos a unos metros de la portería y la oposición de Germán Lux, David Gómez y Fabricio.

Los guardametas también tuvieron oportunidad para lucirse en un ejercicio de inicio planteado para que fueran los delanteros los que adquirieran confianza antes del decisivo partido contra el Levante. Especialmente acertados estuvieron Oriol Riera y Toché, posiblemente los jugadores que se disputarán la posición de delantero, y menos Fariña y Lucas Pérez. "Manu, qué fácil. Es como robar a un niño", bromeó Toché con el entrenador de porteros deportivista, Manu Sotelo, durante una de las tandas en las que se impuso a Lucas Pérez.

No se cansó el ayudante de Víctor Sánchez de repetir a los jugadores que rematasen a portería en cualquier condición para persuadirlos de que cualquier rechace, ya fuera procedente de uno de los contrarios simulados o de los porteros, podría beneficiar a sus compañeros durante el partido en circunstancias similares. "Puerta, puerta. Ya veis lo que pasa cuando va a puerta. Hay mucha gente ahí", les recordó David Dóniga al grupo de jugadores.

La eficacia del particular concurso promovido ayer en Abegondo será puesta a prueba mañana en el partido frente al Levante, en el que más que nunca hará falta la aportación de los jugadores de ataque para dejar atrás una racha negativa de catorce partidos y seguir aspirando a la salvación.