Dos hermanos coruñeses se dedican a entrenar a porteros a miles de kilómetros de su ciudad natal. Son los Sambade, José y Roberto, que se encargan de los arqueros del Besiktas turco y del Kitchee de Hong Kong, respectivamente. El primero de ellos dedicó más de una década a trabajar con los ocupantes de la portería deportivista y está a punto de afrontar su tercera campaña en Estambul, mientras que el segundo viene de completar su primer año en el extranjero y a nivel profesional.

"Más adaptado, pero con más exigencia. Estuvimos en Europa hasta cuartos y en Liga estuvimos líderes hasta las últimas cuatro jornadas. La adaptación es mejor, conoces más la gente, la ciudad, el club, la competición y entonces es más llevadero que el primer año", explica José en relación a su segundo curso. Para su aventura en el Bósforo, su metodología de trabajo no ha variado demasiado, aunque sí que ha tenido que amoldarse a los guardametas del club: "Siempre voy cambiando por mi forma de crear cosas nuevas. También tienes que adaptarte a las exigencias de la competición y al nivel de los porteros. En España el nivel es alto, allí tengo tres turcos que son buenos pero no llegan al nivel de aquí. Pero al final es fútbol y son pequeños matices, no he notado grandes cambios".

José es ya un veterano en el mundo profesional, mientras que Roberto pasó de la Tercera División a conquistar un triplete en su estreno en el Kitchee. "Fue una experiencia muy bonita y contento porque se consiguieron títulos. Para ser el primer año en el extranjero, la adaptación fue muy rápida y buena. A nivel deportivo, lo podemos comparar con un Segunda B", explica. "Iba asustado porque era otro idioma y otra cultura, pero a las dos semanas le dije a mi mujer que se viniese, que se adaptaba perfectamente? Fue tan bien que vamos a ser papás (ríe). Además está Dani Cancela, que estuvo en el Deportivo, y es vecino mío y hacemos vida a diario con él y me ayudó mucho", continúa Roberto, quien firmó por un año y seguirá otro pese a que Molina, exmeta deportivista y técnico del equipo de Hong Kong, deja el club este verano.

En dos ligas inferiores a la española, el trabajo avanzado con porteros no es una prioridad, aunque las cosas están mejorando. "Falta mucha cultura deportiva. Lo primero que intentamos cambiar son hábitos como la prevención de lesiones o la comida. España es un referente mundial, allí se están iniciando y por eso creo que me llevan a mí. Les falta cambiar muchas cosas, empezando por los hábitos deportivos, pero generar ese cambio es muy complicado", analiza José. Más dura fue todavía la tarea para Roberto, que es casi un pionero en este ámbito en el pequeño estado asiático: "Me encontré con unos porteros muy trabajadores pero que no han hecho trabajo específico, no existe la figura del entrenador de porteros. El margen de mejora es muy grande".

Ahora, antes de volver a sus respectivos destinos para iniciar un nuevo curso, ambos aprovechan las vacaciones en su ciudad, a la que echan de menos, pero no se ven a corto plazo trabajando en ella.