La exigencia que ha caracterizado a la pretemporada deportivista desde que arrancara el pasado jueves día 2 empieza a pasar factura a la plantilla. Después de la recaída de Manuel Pablo que le mantendrá al margen del grupo hasta prácticamente el inicio del campeonato, algunos jugadores han empezado a padecer la dureza de las sesiones preparadas por el cuerpo técnico.

El sábado, después del primer compromiso de pretemporada que disputaron los blanquiazules, Laure, Lopo y Fabricio ya tuvieron que rebajar la intensidad de los entrenamientos. Ayer fueron Álvaro Queijeiro y Luis Alberto los que frenaron para no correr riesgos.

El canterano se retiró al comienzo de la sesión programada por la mañana en la ciudad deportiva de Abegondo, al igual que Luis Alberto. Ambos solo hicieron la primera parte del entrenamiento, reservado a los ejercicios de fuerza.

Queijeiro presenta una sobrecarga en el muslo de la pierna derecha y el centrocampista cedido por el Liverpool trabajó ayer en el gimnasio y durante el resto de la pretemporada deberá realizar un programa de entrenamiento específico de prevención.

También Alberto Lopo trabajó en el gimnasio, ya que padece unas molestias en la espalda. El sábado ya no se ejercitó junto al resto de la plantilla en la jornada de recuperación posterior al encuentro contra el Silva. El central ha sido uno de los damnificados por las exigentes sesiones preparadas por Víctor Sánchez del Amo. Las jornadas de trabajo dobles e incluso triples se han sucedido durante la última semana y el esfuerzo empieza a pesar en las piernas de los jugadores. Fabricio y Laure también tuvieron que parar el sábado en la sesión de recuperación y el lateral fue el único que no disputó ni un solo minuto en el amistoso de Cerceda. Los dos se reincorporaron ayer al entrenamiento de la mañana en Abegondo junto al resto de sus compañeros.