Las largas negociaciones para el retorno de Lucas Pérez al Deportivo han dado un acelerón en las últimas horas gracias al viaje a Grecia del agente del jugador, Rodrigo Fernández Lovelle, que desde el miércoles ha avanzado mucho en las conversaciones con los dirigentes del PAOK de Salónica. Ayer volvió a reunirse con el propietario del club, Ivan Savvidis, y con el director general, Frank Arnesen, para acercar todavía más las posturas. "Estamos en el camino y todo va bien. Espero que en estos días se pueda cerrar todo. Mi idea es que sea antes del fin de semana", explica el representante. En principio, el Deportivo pagará al PAOK "entre un millón y medio, y dos millones" por la libertad de jugador, que a continuación firmará un contrato de cuatro temporadas con el equipo coruñés.

Es una operación compleja, porque desde Salónica la intención siempre fue la de retener al atacante, pero finalmente las ganas del jugador de regresar al Dépor parecen haber pesado más. "La idea de Lucas siempre ha sido volver a A Coruña, es su ilusión. Ellos (los griegos) lo saben y no es fácil tener a un futbolista que quiere jugar en otro sitio -argumenta Fernández Lovelle-. Ellos lo ven y se dan cuenta. Cada vez estamos más cerca de llegar a un entendimiento".

Las intensas conversaciones con los mandatarios del PAOK tuvieron un paréntesis obligado ayer por la noche a causa de la cena que los dirigentes griegos tenían prevista con sus homólogos del Spartak Trnava eslovaco, su rival de esta tarde (19.00 horas) en la ida de la tercera ronda previa de la Liga Europa. Para ese compromiso está convocado Lucas, autor la semana pasada del primero de los seis tantos con los que el equipo heleno remontó la anterior eliminatoria frente al Lokomotiv de Zagreb.

El de hoy podría ser su último partido con la camiseta del PAOK, siempre y cuando su pase al Deportivo se concrete de forma inminente, como augura Fernández Lovelle. Firmará por cuatro temporadas, la misma duración del contrato de Pedro Mosquera, el último fichaje cerrado por el equipo coruñés. Dos refuerzos para el presente y el futuro del Dépor, que está tratando de construir un proyecto sólido no solo a corto plazo, sino también para los próximos años.

En la pasada campaña, en la que Lucas jugó cedido en Riazor, fue titular indiscutible siempre que estuvo disponible, primero con Víctor Fernández y luego con Víctor Sánchez del Amo. Pese a su mala suerte con las lesiones, acabó convirtiéndose en un jugador clave para que el Deportivo terminara alcanzando el objetivo de la permanencia. Su aportación fue fundamental en varios encuentros, incluido el de la última jornada en el Camp Nou, donde devolvió la esperanza al equipo al marcar el primer tanto cuando todo parecía perdido con los dos goles de desventaja. Fue su sexta diana en los 21 encuentros que disputó (1.554 minutos).

Una vez asegurada una plaza en Primera para la siguiente campaña, el Deportivo inició las negociaciones para hacerse con los derechos del jugador en propiedad sin tener que abonar la totalidad de los 2,5 millones de euros de la cláusula automática pactada entre los clubes en el primer contrato. Las conversaciones no llegaron a buen puerto y Lucas se reincorporó al PAOK, pero nunca perdió la esperanza de ver cumplido su deseo de regresar al Dépor. Al técnico blanquiazul, Víctor Sánchez del Amo, no solo le encantan sus cualidades futbolísticas -empezando por su polivalencia, que le permite actuar en cualquier posición del ataque- sino también el carácter ganador que contagia a todo el equipo y su plena identificación con el club y la ciudad.