Constantino Fernández Pico aseguraba durante la campaña electoral a la presidencia del Deportivo, y lo mantuvo con posterioridad cuando obtuvo el apoyo de la masa social, que aspiraba a que el equipo coruñés llegase a lo más alto durante su mandato. Siempre se definió como un ganador y como tal no renuncia a nada, aunque siempre, también, teniendo en cuenta los medios de que se pudiese disponer. Llegó y en seis meses el Deportivo recuperó la plaza en Primera que el año anterior había perdido. Un mérito del consejo de administración saliente, presidido por Augusto César Lendoiro, y del nuevo. El siguiente reto era mantener la categoría para dejar de convertirse en un equipo ascensor, modelo años sesenta-setenta. El equipo fue capaz de mantenerse. Ahora toca mirar hacia arriba.

Este año el club se permitió fichar a doce futbolistas, de los cuales cuatro -Juanfran, Sidnei, Lucas y Oriol- ya estaban la pasada temporada. De esa docena, cuatro llegan cedidos, el resto como futbolistas en propiedad del club blanquiazul, más allá de los formalismos. Un paso adelante. El reto sigue siendo el mismo que se habían marcado en la pasada temporada: la permanencia. Pero los propios futbolistas son conscientes del potencial de la plantilla. Pocos parecían imaginar cuando firmaron que el Deportivo fuese capaz de reunir a un plantel de tanta categoría después de la travesía que tuvo que realizar en las últimas temporadas. Futbolistas como Cani, Navarro -experiencia y calidad-, Arribas, Fayçal, Cartabia, ... elevan el nivel de una plantilla que en el curso anterior se salvó sobre la campana.

Para evitar sobresaltos similares, el Deportivo decidió mejorar en el capítulo de incorporaciones. Cierto que disponía de más dinero que hace un año. pero también tuvo la posibilidad de trabajar con más tiempo y con unas condiciones que no se dieron el verano pasado. Ahora los futbolistas no solo llegan cedidos, como sucedió en los últimos años, ya optan por firmar para llegar en propiedad. Lucas, Mosquera, Navarro, Arribas, Sidnei... Cedidos son los jugadores de futuro: Luis Alberto (Liverpool), Cartabia (Valencia), Juanfran (Watford) y Jonathan Rodríguez (Benfica).

El uruguayo es la última incorporación, pero no estará en el partido de esta tarde porque ni se ha podido entrenar con sus nuevos compañeros, ya que pasó el reconocimiento médico ayer por la mañana. Llega para cubrir un hueco vacante en el Deportivo desde hace muchas, demasiadas, temporadas, la del goleador. "Vengo para marcar goles y ojalá sea. Vengo con mucha ilusión, estoy muy contento por estar aquí y ojalá pueda marcar la diferencia", comentó tras pasar las pruebas médicas pertinentes antes de estampar su firma con el club.

Llega a "un buen equipo, que sabe lo que hace y está haciendo las cosas bien", con la intención de que le salgan las cosas y demostrar el nivel mostrado en Peñarol, donde se destacó con una veintena de goles en su primera temporada. Además, se ha servido de la opinión de otros futbolistas uruguayos para decidirse por el equipo blanquiazul, aunque no de Pandiani, con el que no llegó a hablar a pesar de que el Rifle dijo maravillas del propio Jonathan. "En el momento en el que me plantearon en el Benfica que había opciones de salir y me dijeron los equipos decidí venir para aquí porque me habían hablado muy bien del Deportivo los jugadores uruguayos", justificó.