Gran resultado en Mestalla, mejor incluso por las sensaciones que por el empate en sí, un valioso premio para un equipo como el Deportivo en uno de los campos más difíciles de la categoría. Por muchas rotaciones que hiciera Nuno, ganar en Valencia son palabras mayores; un objetivo al alcance de muy pocos, aunque en la primera parte diese la impresión de que la sorpresa era posible. El Dépor maniató al rival e hizo méritos para ponerse por delante, pero tras el gol de Lucas regaló el empate justo antes del descanso a la salida de un córner mal defendido. Luego le tocó sufrir y supo hacerlo para arañar un punto que refuerza la confianza del equipo y sus esperanzas de tener una temporada algo más tranquila que la anterior.

El fútbol fue injusto con el Deportivo en una primera parte más que notable del equipo coruñés, capaz de ahogar al Valencia en su propio estadio. Hacía tiempo, mucho, que el Dépor no jugaba con ese desparpajo fuera de casa. Apenas dejó que el conjunto ché llegara a la portería de Lux, solo con balones en largo desde los costados, casi siempre fáciles para los despejes de Sidnei y Arribas, una de las novedades en el once. El Deportivo se comportó como un bloque serio y solidario en defensa, con mucho orden y las líneas muy juntas para dificultar el juego del rival. Defendió con eficacia, pero sin renunciar nunca a buscar la portería rival. Menos de cuatro minutos tardó Luis Alberto en firmar el primer remate, un cabezazo desviado que fue solo un primer aviso de lo que vendría después. Porque el Deportivo atacó más y mejor que el Valencia durante esos 45 minutos.

Luis Alberto mezcló bien con Lucas en punta durante el tiempo que aguantó en el terreno de juego. El Deportivo volvió a arrancar el encuentro sin un nueve referencia, pero esta vez llegó con bastante más fluidez al área rival que en el partido de la primera jornada frente a la Real Sociedad. En Mestalla robó el balón cerca de la portería contraria y supo qué hacer con él, casi siempre buscar pases en profundidad con los que romper líneas y buscar la meta de Ryan. No solo se asociaron Lucas y Luis Alberto. También Fayçal y Mosquera triangularon con precisión, igual que Borges. Todos a una, con y sin balón, para hacer que el Valencia se sintiera realmente incómodo.

En ningún momento de la primera mitad los chés fueron capaces de desplegar todo su fútbol. No tuvieron más remedio que aguantar el chaparrón que se les vino encima, porque el Dépor dispuso de las ocasiones más claras, de sobra como para haberse ido al descanso con ventaja. A los cuatro minutos Luis Alberto volvió a acariciar el gol, esta vez tras una gran asistencia de Lucas que finalizó con un remate flojo y desviado. Ocasión clara del Deportivo, que mediado el primer acto recurrió al manual de Víctor Sánchez a balón parado para volver a rondar el 0-1 a la salida de un córner bien trabajado. Funcionó el factor sorpresa y Sidnei, atento a la segunda jugada, casi inaugura el marcador.

Poco más aguantó Luis Alberto. Tuvo que pedir el cambio antes de que se cumpliera la primera media hora de juego. Por él ingresó Luisinho, tan implicado como de costumbre. Entró para jugar en la banda izquierda y su concurso centró la posición de Fayçal, que se reubicó donde más le gusta, en la mediapunta. El Deportivo seguía llevando la iniciativa ante un Valencia que no acababa de tomarle el pulso al partido. Lucas volvió a avisar con otra llegada peligrosa en el 32, dos minutos antes de que Ryan fallara en un balón aéreo que casi le cuesta un gol. Definitivamente, el Dépor merecía el premio del 0-1. Solo le faltaba marcar para reflejar su sorprendente superioridad sobre el terreno de juego, y el tanto llegó en el 38. Golazo de Lucas Pérez, que aprovechó un robo de Juanfran en tres cuartos de campo para avanzar hacia la portería contraria y conectar un ajustado zurdazo, imparable para el meta australiano.

El Deportivo había hecho lo más difícil. Obligado por el 0-1, el Valencia se estiró y el equipo coruñés dio un paso atrás. Retrasó líneas pero apenas concedió ocasiones. Así moría la primera parte, con el Dépor bien plantado y Nuno pensando en cómo reactivar a sus jugadores en el descanso, cuando Laure cometió un error que costó caro. Concedió un córner en una acción sin aparente peligro y el saque de esquina, peinado por Danilo, lo remató Negredo sin oposición. Fallo colectivo de la defensa, el único lunar en los primeros 45 minutos, pero imperdonable en Primera, y más ante un rival de Champions. Empate, y vuelta a empezar. Excesivo premio para los locales y un castigo para el Dépor por cómo transcurrió esa primera mitad.

La segunda ya fue otra cosa, porque el Valencia pasó de dominado a claro dominador. Creció poco a poco, sobre todo con la entrada de Feghouli, un incordio constante cargando desde la derecha. Le tocaba sufrir al equipo coruñés y supo hacerlo. Todos arrimaron el hombro, desde el primero hasta el último, incluido Lux, que acabó siendo decisivo para conservar el empate. Primero salvó un cabezazo de Danilo antes de firmar otras dos paradas de gran mérito a sendos disparos de De Paul y Alcácer.

El partido estaba ahora para el Valencia, cada vez más volcado y llegando con mucha gente al área. El Dépor no tenía más remedio que recular, pero sin renunciar a aprovechar los errores del rival para crear peligro. Así lo hizo Lucas y también el debutante Jonathan Rodríguez, que incluso llegó a marcar tras falta previa. Pocos balones le llegaron, los suficientes para mostrar desparpajo y una punta de velocidad interesante. El partido entraba en su recta final y la segunda amarilla a Barragán, que ya debió irse antes a la caseta, frenó ligeramente el ímpetu del Valencia. El Dépor tampoco quiso más pese a su superioridad numérica. Víctor ni siquiera agotó los tres cambios. Con el 1-1 era suficiente. Era un punto de prestigio y a él se agarró el Deportivo, que suma y sigue. De momento, por el buen camino.