El jugador del Rayo Vallecano Antonio Amaya, que ha pasado a disposición judicial después de ser detenido por la Guardia Civil cuando circulaba a 234 kilómetros hora en la M-301, en Madrid, en una zona de velocidad limitada a 100 kilómetros por hora, no será sancionado por el club. La intención del club madrileño, después de conocer los hechos acaecidos el martes 1 de septiembre, es no sancionar al jugador por una situación que pertenece a su "vida privada" y que se debe resolver por la vía judicial tras la infracción. Amaya se enfrenta a una posible pena de prisión de tres a seis meses o multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días, y en cualquier caso a la privación del permiso de conducir por un periodo de tiempo de entre uno a 4 años.