El Deportivo comunicó en la mañana de ayer al Sporting que enviará a Gijón un total de 2.377 entradas para el partido del domingo, 20 de septiembre, a las 16.00 horas, en Riazor. Las localidades remitidas atienen un precio de 30, 40 y 45 euros, y serán repartidas de las siguiente forma: 900 para la Federación de Peñas Sportinguistas, 200 para Unión de Peñas Sportinguistas y 150 para patrocinadores del club. El resto, unas mil, se pondrán a la venta el lunes en las taquillas de El Molinón, y estarán destinadas, prioritariamente, a los abonados.

El envío del Deportivo está lejos de satisfacer la demanda de La Mareona. La afición del Sporting había cifrado, en un primer momento, que serían 4.000 los seguidores rojiblancos que tenían previsto apoyar al equipo en Riazor. El club gallego ha decidido establecer normas más estrictas a la afición visitante para este encuentro, acotando así una única zona de Riazor en la que podrán situarse aficionados con distintivos rojiblancos. Según el Dépor se trata de extremar las medidas de seguridad, aunque en Gijón esta decisión ha generado polémica en un amplio sector que ve detrás de ella el intento del club coruñés por mermar el desplazamiento de La Mareona. Las medidas implican que sólo se podrán mostrar y acudir al campo con enseñas rojiblancas (camisetas, bufandas...) dentro de las cuatro zonas reservadas para el sportinguismo (preferencia lateral superior, pabellón superior y dos de las tribuna laterales).

La decisión del Dépor ha acabado siendo respaldada por el Comité Antiviolencia, que ha declarado el partido de "alto riesgo", dados los antecedentes y la creciente rivalidad entre los seguidores de ambas escuadras. El encuentro también contará con un amplio dispositivo policial para evitar incidentes.

El tradicional desplazamiento masivo de aficionados del Sporting quedará así este año deslucido por las medidas de seguridad implantadas. En la última ocasión en la que el conjunto asturiano visitó Riazor, en la temporada 2013-14, en Segunda División, alrededor de 6.000 aficionados procedentes de Gijón estuvieron en las gradas del estadio coruñés. A pesar de que el encuentro se desarrolló con normalidad, se registraron enfrentamientos serios entre radicales de los dos equipos a primeras horas de la mañana, especialmente en una trifulca entre ambas aficiones en un punto de la ronda de Outeiro.