Víctor Sánchez ensayó ayer una revolución, aunque en la previa advirtiera que sus modificaciones no iban a ser profundas, de esas que apenas se dejan sentir. Ya fuera por premiar a los jugadores con menos protagonismo, por la carga de partidos durante esta semana o simplemente por el resultado de la jornada previa, su decisión pudo parecer un paso atrás con respecto a los encuentros iniciales del campeonato. Los cambios anunciados por el técnico fueron más allá de simples retoques o sustitución de jugadores y alcanzaron al sistema y a la manera en la que los deportivistas encararon el partido.

Sin Lucas Pérez como referencia, se perdió esa primera línea de presión constante. Eso se sustituyó por un centro del campo más poblado, en el que Fayçal se incrustó junto a Juan Domínguez y Mosquera para limitar el atrevimiento bético. Lo consiguió, porque los locales apenas consiguieron dominar el partido a intervalos, pero a costa de perder parte de las señas de identidad que habían caracterizado al equipo anteriormente.

Al Deportivo le faltó movilidad, en parte porque la suplencia de Borges dejó al equipo sin el centrocampista de ida y vuelta en el que se ha convertido desde la incorporación de Pedro Mosquera y Fayçal Fajr. Entró Juan Domínguez en su lugar y se le vio tan tímido como al resto del equipo. Eso fue lo que transmitieron los blanquiazules la mayor parte del partido, fiado a encontrar algún contragolpe o aprovechar los errores que pudiera cometer el Betis.

El equipo de Víctor Sánchez del Amo, sin embargo, demostró que dispone de fondo de armario para afrontar el campeonato. Lo tiene en cuanto a plantilla y también en cuanto a alternativas en el juego. La versión que mostró en Vallecas encandiló por su vistosidad y entrega, incluso la derrota contra el Sporting dejó un buen sabor por la entrega de los jugadores, pero el Deportivo también evidenció que puede sacar adelante encuentros con un libreto más gris, siempre que le acompañe la efectividad que mostró ayer en el Benito Villamarín. Sea como sea, el equipo va adquiriendo una reputación de conjunto fiable, capaz de adaptarse a las circunstancias.