Fue nombrarle la posibilidad de ser convocado por la selección y a Lucas Pérez le pareció broma. "Es la selección más grande del mundo, eso todavía está muy lejos", respondió para descartarlo de entre sus ambiciones inmediatas. Tampoco quiere ni pensar en la posibilidad de ser pichichi, pero el delantero coruñés se convirtió ayer en el máximo goleador del equipo (4) tras los dos tantos que le marcó al Espanyol y en la principal referencia de la plantilla, si no lo era ya. Riazor lo despidió en pie, con una ovación reservada a los preferidos de la grada. "Tanto con Navarro como con Mosquera ha habido también una gran ovación", señaló sobre la despedida que le brindó ayer la grada.

La simpatía de la afición hacia los otros dos, sin embargo, está lejos de la que disfruta un Lucas Pérez en un momento en el que golea y además lidera el juego del equipo. Con cuatro tantos está a uno tan solo de Benzema, Cristiano Ronaldo y Nolito, que encabezan la clasificación del pichichi.

La mirada del coruñés no está puesta en ese objetivo, sino en certificar lo antes posible la permanencia del equipo y sumar los puntos que lo acerquen a él. "Estoy muy contento por el inicio de la temporada y por la victoria en casa, que la necesitábamos", destacó.

Su actuación contrastó con la de Oriol Riera, que ayer se estrenaba en la titularidad y no fue capaz de anotar en ninguna de las ocasiones de las que dispuso. Lucas le echó un capote a su compañero y aseguró que tanto él como Jonathan Rodríguez acabarán marcando goles para el equipo. "Oriol las va a meter", manifestó. "Lo importante es que las tenga".

Aunque su papel ayer mudó de primer delantero a compartir la posición con Riera, el coruñés se mostró partidario de las modificaciones en el sistema y los cambios en el once introducidas por Víctor Sánchez del Amo. "Las rotaciones nos han venido muy bien", indicó el delantero.

El coruñés tiene ahora en la mira al Granada, al que los deportivistas visitarán el sábado a partir de las 18.15 horas.