Víctor insistió a sus jugadores para que saltaran con firmeza pero al mismo tiempo con limpieza, sin abrir los brazos en las disputas. Aun así, hubo algún golpe involuntario, como el que recibió Pedro Mosquera en la cara en un lance con Oriol Riera. El catalán se disculpó de inmediato e incluso se abrazó al coruñés en señal de cariño y arrepentimiento en el momento en el que este recibía las asistencias del doctor Carlos Lariño. Tras parar unos segundos, Mosquera se reincorporó a la dinámica grupal con total normalidad.