Más allá de resultados, sensaciones y dinámicas, el Deportivo ha encontrado una identidad reconocible en este primer tramo del campeonato. El equipo de Víctor Sánchez del Amo se ha ganado una reputación inicial derivada de ese arranque ilusionante que le ha permitido encaramarse a la parte alta de la clasificación, contradiciendo incluso los pronósticos más optimistas. Distintas versiones de los deportivistas han funcionado contra rivales de diferente categoría y con propuestas antagónicas, pero sobre todo ello aparece la sombra de la medida real que puede ofrecer este grupo de jugadores. Después del segundo parón del campeonato, al equipo se le presenta por delante un mes en el que tendrá que enfrentarse a conjuntos con aspiraciones ambiciosas que servirán de termómetro para medir el momento real en el que se encuentra. El primero será esta tarde el Athletic Club en Riazor (20.30 horas).

El paréntesis en la competición interrumpió la racha de tres partidos consecutivos sin perder de los deportivistas, pero al mismo tiempo mitigó la decepción del empate en Granada, donde de nuevo volvieron a mostrarse como un conjunto dominador, capaz de superar al rival y solvente, pero sin el premio del resultado. Será el equipo de Ernesto Valverde el que evalúe hasta qué punto les ha sentado bien el parón a los blanquiazules, temerosos del rendimiento que los rojiblancos sacan de sus acciones a balón parado.

Buena parte de los entrenamientos de la semana estuvieron centrados en ensayar la manera de contrarrestar este tipo de jugadas, pero también en sacarles rendimiento, consciente como está Víctor Sánchez del Amo de que podrían decidir un partido que se anuncia intenso, con alternativas para los dos conjuntos.

Nada indica que el entrenador deportivista vaya a cambiar en exceso la fórmula que ha empleado en los últimos partidos, con un equipo apoyado en su velocidad y la seguridad que le aporta su andamiaje defensivo. Jonathan Rodríguez cederá su sitio en el once de Granada, pero todavía con la duda de si le tocará de nuevo el turno a Oriol Riera o bien Víctor decide darle la responsabilidad en ataque en exclusiva a Lucas Pérez, con alguna novedad en otra posición. Como posibles pretendientes aparecen un Cani y un Cartabia llamados a ser importantes, pero que todavía esperan su turno en la ruleta de rotaciones que ha implantado el técnico deportivista.