El aragonés Jaime Latre tuvo una labor muy criticada por el público de Riazor. Primero, por no parar el juego en la acción del 0-1, cuando Luis Alberto estaba tendido sobre el césped a la espera de recibir las asistencias médicas. También molestó a los aficionados blanquiazules las excesivas pérdidas de tiempo de los futbolistas del Athletic. El colegiado mostró dos cartulinas amarillas a cada equipo.