A partir de ahora, y disputados ocho partidos, se tienen que dar por terminados los experimentos, tanto de sistema, como de jugadores, como de las posiciones a ocupar por los mismos. Visto lo visto hasta el día de la fecha casi todos tenemos en mente el equipo tipo y con ese hay que salir a jugar a partir de ¡ya!, hasta que falle y haya que cambiar alguna ficha.

Así como el Dépor me gustó en los siete primeros partidos, en el del domingo no me gustó casi nada, ni en el aspecto individual ni en el colectivo: algunos jugadores me parecieron caricaturas; se cometieron demasiados errores individuales (en los pases, paredes y centros) y colectivos (en los desmarques de apoyo, ayudas y desdoblamientos); hubo poca intensidad tanto ofensiva como defensiva; faltó presión a la salida del balón desde atrás por parte del Athletic, que la hizo con pocos jugadores y eso es fácil de neutralizar; se abusó de los centros a la hoya y en esa faceta los dos centrales vascos las sacaron todas; lentitud pasmosa la hora de sacar el balón jugado desde los dominios de Lux, con exceso de pases a los centrales y al portero, porque los puntas y mediapuntas estaban muy estáticos, sin bajar a recibir y sin hacer los desmarques debidos, lo que obligaba al juego directo; la banda derecha, defensivamente hablando, no funcionó, sobre todo en el primer tiempo; si no juegan de mediapunta Juanfran y Luisinho las ayudas defensivas a los laterales brillan por su ausencia; para combatir a un equipo que repliega bien hay que darle velocidad al juego y el Dépor solo lo hizo en los minutos finales del primer y el segundo tiempo, que fueron los únicos en lo que estuvo en el partido haciendo el juego al que nos tiene acostumbrados, arreglando el resultado con una acción individual y en otra con mucha fortuna; hasta no salió nada de la estrategia ofensiva.

Víctor, hay que tener un poco más de tacto a la hora de cambiar a algún jugador. En fin, espero que este partido sirva para algo positivo, ya que la salvación la tenemos que conseguir cuanto antes, pero aprovechando los 93 o 94 minutos de juego.