El Deportivo ha completado un inicio de temporada notable gracias, sobre todo, a su fiabilidad lejos de RiazorRiazor. En casa solo ha ganado un partido, el de la goleada frente al Espanyol (3-0). Necesita con urgencia hacerse fuerte en su campo y el derbi se presenta como una cita de máxima dificultad, pero al mismo tiempo ideal, por todo lo que significa, para que el equipo de Víctor Sánchez del Amo marque un punto de inflexión en su trayectoria como local. El valor simbólico de derrotar al Celta elevaría la autoestima y cargaría de confianza a la plantilla de cara a la recta final de la primera vuelta.

De media tabla hacia arriba, los dos representantes gallegos son los únicos que han arañado más puntos como visitantes que como anfitriones en las once jornadas de Liga que se llevan disputadas. De los 15 que tiene el Dépor, seis los ganó en Riazor y nueve fuera, mientras que el Celta se embolsó en sus salidas 13 de sus 21 puntos. Es el mejor visitante de la categoría, un dato revelador de la férrea resistencia que opondrá el próximo sábado día 21 (22.05 horas).

Más allá de las dinámicas particulares de uno y otro equipo, las fuerzas tienden a igualarse en este tipo de encuentros de máxima rivalidad. El Celta viene de encajar una manitamanita frente al Valencia en Balaídos (1-5) y el Deportivo, por su parte, completó un partido gris en el campo del Levante, donde se tuvo que conformar con un empate (1-1) pese a empezar ganando ante el colista. El equipo de Víctor parece haber bajado su nivel con respecto a las primeras jornadas pero sigue instalado en un puesto bastante cómodo, noveno, seis puntos por encima del descenso. Para conseguir la permanencia lo antes posible será clave hacer de Riazor un fortín.

Todo el vestuario, Víctor Sánchez el primero, insiste públicamente en la importancia de que se escapen pocos puntos de A Coruña. Los equipos modestos que parten con el objetivo de evitar una de las tres últimas plazas, como es el caso del Dépor, saben que buena parte del éxito depende de la regularidad en casa. Hasta el momento, el equipo coruñés no la ha conseguido. Cuatro de los cinco adversarios que pasaron por Riazor arañaron al menos un punto, y en el caso del Sporting de Gijón, un rival directo, los tres.

Pese a que hasta el momento los números del Deportivo son discretos en sus partidos de casa, el equipo salió bastante reforzado de sus últimos compromisos ante su afición. Después del Espanyol, el único que ha salido derrotado de A Coruña, pasaron por Riazor el Athletic Club de Bilbao y el Atlético de Madrid. Los dos se adelantaron en el marcador, los vascos con un claro 0-2, pero ninguno fue capaz de conservar su ventaja hasta el final. En ambos casos el Dépor tuvo fe y coraje para irse hacia arriba hasta encontrar el premio en forma de sendos empates. Incluso en la derrota ante el Sporting de la cuarta jornada (2-3) el equipo de Víctor hizo méritos de sobra como para haber rescatado al menos un punto. La imagen que ofreció fue buena y la afición coruñesa se marchó del estadio ilusionada y orgullosa de su equipo, como en la jornada inaugural frente a la Real Sociedad (0-0).

Además de Deportivo y Celta, solo Betis, Sporting, Real Sociedad y Granada han sumado más puntos a domicilio que en sus estadios. El equipo coruñés solo ha encajado una derrota fuera, en Málaga (2-0). En el resto de sus salidas sumó siempre. Es en casa donde más le está costando. Después del derbi, solo le quedarán otros tres partidos en Riazor antes de que finalice la primera vuelta, ante Sevilla, Eibar y Villarreal. Tras cinco jornadas sin vencer, el Dépor necesita un impulso cuanto antes. Volver a ganar, precisamente ante el Celta, tendría un valor añadido importante.