El gol en el Deportivo lleva esta temporada el nombre de Lucas Pérez. El coruñés ha respondido con cifras sorprendentes a la decisión de Víctor Sánchez de colocarlo como referencia en el equipo. En once jornadas suma siete tantos, casi la mitad de los que lleva el equipo y se coloca en los registros de algunos de los máximos realizadores de la historia del club. Lo que empezó como una posibilidad más dentro de los esquemas del entrenador se ha convertido en el recurso ofensivo más fiable para los deportivistas, eclipsando la figura de los jugadores inicialmente llamados a ser las referencias atacantes.

Ni Oriol Riera ni Jonathan Rodríguez, sin embargo, han conseguido estrenarse este curso. Ambos viven a la sombra de un Lucas Pérez en un estado de forma excepcional y los dos pelean por asomar la cabeza y hacerse un hueco en los planes de Víctor Sánchez, empezando la jornada que viene en un partido tan trascendental como el derbi ante el Celta.

Ayer tenían la oportunidad de llamar la atención del técnico durante el amistoso programado en el entrenamiento entre el primer equipo y el Fabril. Tanto Oriol como Jonathan tenían además el aliciente de destacar sin que Lucas les restase protagonismo debido a las molestias derivadas de una contusión que arrastra el jugador coruñés en una rodilla.

Sin Lucas, la responsabilidad en ataque recayó en el uruguayo y en el catalán. Los dos formaron arriba en pareja dentro de un esquema 4-4-2 en el que también estaban David Gómez, Laure, Róber, Arribas, Navarro, Álex, Juan Domínguez, Cani y Jonás.

Fue Jonathan el que se mostró más enchufado en ese encuentro contra el filial. Si hace unos días el uruguayo recordaba con nostalgia su etapa en Peñarol a través de las redes sociales después de quedarse fuera de la convocatoria ante el Levante por una gastroenteritis, ayer se mostró participativo y con la portería como principal objetivo prioritario.

El uruguayo fue el encargado de inaugurar el marcador al cuarto de hora del amistoso después encarar con velocidad a Anxo, portero del Fabril. Antes ya había enviado un lanzamiento al palo después de otra jugada en la que explotó su velocidad. El esquema parecía adaptarse mejor a sus condiciones que a las de Oriol Riera, que tan solo encontraba participación a través de balones en largo procedentes desde la defensa o directamente lanzados por el portero.

Al catalán le volvía a penalizar esa posición que acostumbra a mantener lejos del área, lo mismo que le ocurre durante los partidos. Su querencia por descargar el juego en el centro del campo lo aleja de la portería y casi siempre de las jugadas peligrosas ante el portero. En las pocas ocasiones en la que estuvo bien situado no consiguió conectar ni con Jonás ni con Cani.

Eso le descentró hasta el punto de que tuvo una discusión sobre el césped con el propio Jonathan Rodríguez. El uruguayo volvió a encarar con velocidad la portería, esta vez acompañado por el propio Riera, pero en lugar de cederle la pelota al compañero buscó el disparo.

No le sentó bien a Riera, prácticamente sin ocasiones durante los 45 minutos que disputó y se lo recriminó al uruguayo, que no hizo demasiado por atender las quejas del catalán. Ante su insistencia, sin embargo, fue Jonás Gutiérrez el que tuvo que zanjar la discusión. Después de eso volvería a ser Jonathan el que disfrutaría de oportunidades para ampliar la ventaja del primer equipo en el amistoso que sirvió a los delanteros para asomar entre la figura de Lucas.