Las 630 entradas que el Celta puso a disposición para sus abonados para el derbi del sábado 21 en Riazor volaron en pocas horas. A las siete de la tarde, una hora antes del cierre, las taquillas de Balaídos colgaron el cartel de no hay billetes tras una jornada de flujo constante de aficionados, con colas poco antes de la apertura, sobre todo por la mañana, donde la espera para adquirir los preciados billetes (un máximo de dos y solo para abonados) se aproximó a las dos horas. La mayoría de los aficionados celestes vendrán por su cuenta a A Coruña.

"Vine por la mañana y tuve que dejarlo para esta tarde", explica Álex Pardo, abonado de Marcador y peñista de Arribada Celeste. Jorge Garea, socio de Marcador, desconocía ayer cómo iba a viajar hasta A Coruña: "Llevo 24 años de socio, así que ya he perdido la cuenta de los derbis que llevo".

Por su cuenta vendrán a Riazor Marta y Antía, abonadas de Marcador, que vivirán el próximo día 21 su segunda experiencia en el estadio blanquiazul. "Fuimos por primera vez a Riazor el año pasado y nos quedaron ganas de repetir. No es lo mismo ver el derbi en el campo que por la tele. La verdad es que es una pasada", subrayan las dos seguidoras celestes.

La aficionada Laura Lorenzo, por su parte, vivirá su primera experiencia en A Coruña después de conseguir hacerse ayer con una entrada con relativa facilidad. "La verdad es que no me ha costado mucho conseguirlas. Me avisaron a primera hora de que había mogollón de gente y que se iban a agotar, pero he venido a última hora de la mañana y no he tenido ningún problema. Ha sido llegar y cogerlas", se congratula esta abonada de Río.