En la década pasada el trasvase de futbolistas de la Unión Deportiva Las Palmas al Deportivo era continuo merced a un convenio suscrito entre los dirigentes de ambos clubes, acuerdo que con el paso de los años los directivos amarillos acabaron denunciando y ahora le tienen que pagar alrededor de un millón de euros al club blanquiazul. Rubén, Momo, Aythami llegaron para seguir el camino que pocos años antes había abierto Manuel Pablo -llegó con Turu Flores- y después Valerón, aunque el de Arguineguín vino desde el Atlético. Sin embargo años antes varios futbolistas amarillos recalaron en el conjunto coruñés: Hilario Marrero, Betancort (ambos jugaron en el Madrid, entre otros, y fueron internacionales) y Trona.

De todos ellos es Felipe Antonio Ojeda del Rosario, Trona Trona(Las Palmas, febrero de 1949), el menos conocido de parte del deportivismo, es posiblemente el olvidado de todos los jugadores llegados de Gran Canaria. Fino centrocampista, militó en el equipo coruñés en la temporada 1977-78 en Segunda División. Formó parte de uno de los mejores equipos de la historia del Las Palmas -incluso fue subcampeón de Liga y de Copa-, pero no era uno de los habituales en las alineaciones, por eso aceptó la salida al Deportivo cuando recibió la oferta de la entidad coruñesa. "En el Deportivo es donde desarrollé mi mejor fútbol, a pesar de mis buenos años en la Unión Deportiva", llegó a decir.

Su año en el Deportivo fue el del debut de Paco Buyo y también el del despegue de Alfonso Castro como goleador. El delantero ferrolano había demostrado sus dotes anotadoras en el equipo departamental y después como máximo goleador de Tercera, y ese año se hizo con el Pichichi de Segunda División al marcar 24 goles. Muchos de ellos con el sello de Trona. "Era un centrocampista, interior, muy fino, con mucha técnica y muy buen toque de balón; y es cierto que muchos de mis goles llegaron a través de sus pases", recuerda Castro. "Yo tenía muy buena relación con él", rememora el goleador.

La vinculación de Trona con el Deportivo venía de unos años atrás, pues su debut con el primer equipo del Las Palmas -militaba en el filial- se produjo precisamente frente al equipo blanquiazul en un partido de Copa disputado el 11 de mayo de 1969 en el estadio Insular y que acabó con victoria deportivista (1-2) y el pase a la siguiente eliminatoria del torneo.

Es Trona el gran olvidado de los futbolistas grancanarios que vistieron la camiseta del conjunto blanquiazul. Su nombre pasa inadvertido al lado de los de Valerón y Manuel Pablo -especialmente-, pero incluso de los de Rubén, Momo y Aythami. Trona, espigado centrocampista -medía 1,88 metros-, fue el tercero de los futbolistas procedentes de Gran Canaria que llegaron a A Coruña; antes lo hicieron Hilario Marrero y Betancort. Hilario tiene su historia. Llegó en 1928 y participó en algunos amistosos, pero no pudo jugar con el Deportivo de forma oficial porque no tenía permiso de su club de procedencia, pues también lo pretendía el Barcelona. Acabó en el Madrid y después de la guerra de 1936 jugó en el Barça, para concluir en el Deportivo en la campaña 1941-42. En el Madrid también jugó Antonio Betancort, portero que militó como blanquiazul en el curso 1962-63 en calidad de cedido antes de recalar de nuevo en la casa blanca. Dos futbolistas de renombre, que jugaron en los grandes y fueron internacionales. No así Trona, pero en su único año dejó huella en Riazor.