No estábamos acostumbrados a ver el mismo once dos semanas seguidas, pero Víctor debió pensar que si le salió bien el planteamiento ante el Celta, también resultaría contra el equipo canario, pues los dos conjuntos tienen mecanismos parejos en la salida del balón. Efectivamente, el trabajo defensivo con una fuerte presión en posiciones avanzadas obligaba a los isleños a iniciar el juego en campo coruñés después de saque en largo de Javi Varas. Una vez llegado a nuestro área, quizás el exceso de pases dejaba a los herculinos juntar tranquilamente las dos líneas y defenderse cómodamente con ocho jugadores, esperando alguna contra aprovechando la velocidad de Lucas y Jonathan y de ahí vino el primer gol. En la segunda parte, al ver la poca presión que teníamos, salió Fajr supliendo a un desafortunado Jonathan, pasando el marroquí a la mediapunta realizando ayudas a un cansado medio del campo. Con el paso de los minutos y con las imprecisiones del equipo local, hubo varias ocasiones de sentenciar el partido, pero sufrimos de más hasta el gol de Lucas Pérez. El partido de ayer demuestra que muchas veces la efectividad está por encima del juego bonito y los excesivos pases que se pretende dar con el juego del equipo canario.