La excelente marcha del Deportivo en la Liga, sexto con 23 puntos, ha llevado cierta euforia a la parroquia blanquiazul que no solo está ilusionada con el torneo de la regularidad sino también con la Copa del Rey. Los blanquiazules lucen dos títulos de esta última competición y están ya en octavos, cuyo rival se conocerá tras el sorteo de mañana. La esperanza es que la suerte depare otro adversario accesible para seguir abriendo camino hacia la final. Porque el deportivismo piensa en la Copa para dar lustre a una temporada que de momento merece nota alta.

El propio Víctor Sánchez valoró la Copa en la previa del partido de vuelta contra el Llagostera. "Estamos en una competición muy bonita y en la que tenemos depositada muchísima ilusión", declaró el pasado lunes el entrenador blanquiazul, que fue uno de los héroes en la final del Centenariazo en 2002. "Hay que tomárselo con mucho interés", añadió el entrenador madrileño. Se refería al partido de vuelta contra el Llagostera, pero quizá también a la competición en general, pues a poco que acompañe el sorteo no es un sueño meterse en la final. El Athletic lo hizo la pasada temporada.

También los futbolistas están centrados en este torneo. Tanto los habituales en la Liga como los que tienen menos minutos, ya que son conscientes de que la Copa les puede dar los minutos de juego que anhelan. Todo va a depender también del adversario para saber si Víctor sigue optando por un equipo B o, por el contrario, apuesta por los mismos que tienen protagonismo en la Liga.

El sorteo de mañana deparará el futuro del equipo en la competición, en la que tendría que echar el resto en el mes de enero, que es cuando se juegan dos eliminatorias -octavos y cuartos de final-. Cuatro partidos, en el caso de superar los octavos, a los que habría que sumar los cinco de la Liga -Villarreal, Madrid, Real Sociedad, Valencia, Rayo Vallecano-, que se disputarán entre el 3 y el 31 del primer mes del año. Un calendario complicado, con tres partidos en casa -Villarreal, Valencia y Rayo, los dos últimos de la segunda vuelta- y dos fuera -Madrid y San Sebastián-. Vale la pena el esfuerzo de esos 30 días.

Es un curso muy similar al del nacimiento del Superdépor, allá a mediados de los noventa. El Deportivo salvó el peligro de la promoción contra el Betis (1991-92) y a partir de ahí empezó su despegue. Al año siguiente consiguió plaza para la Copa de la UEFA -fue tercero-; una temporada más tarde, 1993-94, fue subcampeón de Liga y repitió en UEFA, para en 1995 celebrar su primer título oficial al ganar la Copa del Rey frente al Valencia. Este Deportivo salvó el año pasado otra promoción, la que le tocó jugar en el Camp Nou contra el Barcelona. El empate le dio la salvación y permitió hacer el equipo actual, este que ilusiona ocupando un puesto europeo, un equipo solvente y uno de los tres que solo lleva dos derrotas. Simple casualidad o algo más.