De perfil bajo. El Dépor tiró de su versión más gris y profesional para cerrar su idilio con 2015 en zona europea. Fue un mal día en la oficina. O, al menos, justito. Esa versión inteligente y exuberante que ha mostrado el equipo de Víctor Sánchez del Amo en esta Liga fue guardada en un cajón. El Getafe tuvo las ocasiones más claras, pero el grupo blanquiazul fue capaz de resistir, competir y sacar un empate que lo deja con 27 puntos. Las uvas en Europa. La guinda a doce meses inolvidables.

Al Dépor no le sentó del todo bien la Navidad. Tuvo un arranque prometedor. Un disparo de Luis Alberto, un escarceo de Fede... Poca cosa, un espejismo. Pronto su juego se hizo pesado, como una de esas digestiones de estas fiestas. Estaba incómodo. Se sentía como uno de sus rivales: maniatado, sin salida. Lucas desactivado, sin peligro por las bandas ni ideas en ataque, dando pases a destiempo, lejos de los rechaces.

Con este panorama, al principio simplemente se niveló la balanza, pero en torno a la media hora el partido tornó en monólogo del Getafe. Un cabezazo de Vergini, un centro sin rematador de Álvaro Vázquez y, sobre todo, los intentos del punzante Sarabia, el mejor. En ese momento, fue cuando apareció Germán Lux. El argentino tiró de su gran cualidad, los reflejos, para mantener al Dépor en el partido. Una mano por aquí, otra por allá. Si a alguien hay que agradecer este 0-0, es a él.

Y, a pesar de que se vio una de las versiones más deficitarias del Dépor esta temporada, estuvo a punto de irse con ventaja al descanso. Una doble defensa en un córner y un pase largo acabó dejando a Lucas ante Guaita. Tenía alternativas de pase en el centro, pero optó por una rosca que se fue por milímetros. ¿Exceso de confianza o egoismo? El récord de Bebeto estuvo ahí. Una barrera así siempre condiciona.

Seguir vivo fue el mayor de los estímulos para el Dépor en el segundo acto. Se estiró animado por los espacios que suele dejar el Getafe. Juanfran empezó a asomarse por su banda y las combinaciones se sucedían. Tampoco era una avalancha atacante, pero con un poco de intención el Dépor logró igualar el duelo en los primeros minutos. Seguía sin estar fino, al menos lo intentaba.

Un fatigado Getafe volvió entonces a la carga. Tuvo un nuevo arreón pasado el cuarto de hora en el que llevó peligro a través de su línea de mediapuntas. Primero Víctor, luego Sarabia probaron y perdonaron a Lux. La historia se repetía, esta vez el equipo coruñés, al menos, hacía acto de presencia. Resistir y algo más. Partido abierto.

El duelo vivió sus últimos minutos sin excesivo convencimiento en ninguno de los contrincantes. El Getafe tenía más intención, pero acabó vencido por su propia mala suerte. Si ya no le había hincado el diente al Dépor, a estas alturas... Y a los coruñeses no les estorbaba el punto. Buscaban la victoria, a medio gas. Sus acciones no destilaban necesidad. Jugaban masticando los 27 puntos y lo que les ha costado llegar hasta aquí. En sus mentes empezó a desfilar este 2015 y después de todo lo sufrido, seguir en Primera y comer las uvas en Europa es un panorama que supera cualquier sueño.