El Deportivo visita esta tarde el Santiago Bernabéu cargado de ilusión por cerrar la primera vuelta a lo grande, con un resultado positivo en uno de los estadios más complicados de la Liga. Caer en Chamartín entra dentro de lo normal, para el Dépor y para casi todos los equipos del mundo. Sin embargo, el conjunto coruñés tiene suficientes motivos como para soñar con acabar festejando otra gesta en el feudo blanco. En primer lugar, porque ya ha dado sobradas muestras de fiabilidad en campos tan difíciles como Mestalla o el Camp Nou; segundo, porque esta temporada, al contrario que la pasada, siempre compite y da la cara, independientemente de cuál sea el rival; y tercero, porque toda la presión la tiene el nuevo Madrid de Zinedine Zidane.

Para neutralizar el efecto Zizou el Dépor tendrá que mantener la concentración a tope de principio a fin. Básicamente, tendrá que hacerlo todo o casi todo perfecto y esperar que el Madrid no tenga su mejor día. Son los dos condicionantes necesarios para aspirar a un resultado positivo en semejante escenario. Al Deportivo le espera un arranque de partido especialmente exigente ante un rival extramotivado. Esta vez no habrá pitos en Chamartín. Sin Rafa Benítez en el banquillo, el Bernabéu volverá a estar con su equipo para dar una gran bienvenida a Zidane. Aguantar ese chaparrón inicial será una de las claves, aunque no la única. El Deportivo tendrá que juntarse mejor que nunca, saber sufrir sin balón durante muchos minutos y en ataque tratar de explotar los espacios que suele dejar el Madrid, un equipo en el que todos atacan pero no todos defienden.

Víctor no espera que Zidane haga grandes cambios tácticos, ni tampoco en la alineación. Jugarán los de casi siempre, con la novedad de Isco en el centro del campo junto a Kroos y Modric. En el Dépor la continuidad será plena, ya que el técnico madrileño tiene previsto repetir la misma alineación de las últimas dos jornadas, ante Getafe y Villarreal. Jugarán los mismos, aunque con un matiz importante, el de la misión de Fayçal Fajr. Según las pruebas que Víctor hizo ayer en Abegondo, el francomarroquí jugará esta vez centrado, de mediapunta, para así poder incrustarse entre los dos pivotes, Álex y Mosquera, y ayudarles a contener al Madrid en el centro del campo. Ese retoque en la disposición del equipo desplazará a la banda izquierda a Luis Alberto, el gran socio ofensivo de Lucas Pérez.