La Copa del Rey se presenta como una gran oportunidad para el Deportivo, cuya brillante trayectoria en Liga le permite dedicar atención y esfuerzos también al torneo del KO, y a la vez como un bálsamo para cicatrizar definitivamente las pequeñas heridas abiertas tras las últimas dos derrotas ligueras, ante Villarreal y Madrid. El equipo coruñés recibe al Mirandés con una pequeña ventaja tras el 1-1 de la ida gracias al valor doble de los goles en campo contrario, pero quiere avanzar a cuartos a lo grande, con una victoria convincente ante su público. Recibe al conjunto burgalés sin ningún tipo de relajación, consciente de que plantará una dura batalla, como ya demostró la semana pasada en Anduva.

Víctor Sánchez volverá a echar mano de los menos habituales para tratar de certificar el pase a la siguiente ronda. Del once que eligió para la visita del pasado sábado al Santiago Bernabéu, solo repetirán Pedro Mosquera y Fede Cartabia. Según las pruebas que hizo ayer el técnico madrileño, su plan es plantar por delante de la defensa una línea de tres centrocampistas -Juan Domínguez, Mosquera y Jonás Gutiérrez- y formar con tres atacantes arriba: Fede Cartabia y Miguel Cardoso partiendo desde las bandas, más Oriol Riera en punta. En la zaga tiene previsto alinear a Alberto Lopo pese a que el catalán tendrá que hacer otro esfuerzo inminente, el sábado en Anoeta, para cubrir la ausencia por sanción de Alejandro Arribas. Hoy no podrá jugar Jonathan Rodríguez, que se une a las bajas por lesión de Borges y Fabricio, ni tampoco Pletikosa, a quien Víctor todavía no ve en condiciones idóneas para competir, así que Germán Lux tendrá que vestirse de corto para ser el suplente de Manu Fernández.

El Mirandés, máximo goleador de Segunda con 30 tantos, llega a Riazor dispuesto a hacer la machada de eliminar al Deportivo en su propio campo. Saldrá al ataque, o al menos ese es el planteamiento de su entrenador, Carlos Terrazas, que buscará desde el inicio el gol que su equipo necesita a la fuerza para aspirar a seguir vivo en la Copa. Intensidad y mucho fútbol directo son sus principales armas, aunque no las únicas. Pese a ser un modesto de la categoría de plata, es un bloque competitivo tanto en casa como fuera y en la ida demostró que puede plantarle cara perfectamente al Dépor, así que tratará de hacer un partido práctico que le permita llegar con opciones a la recta final, como consiguió el Llagostera en el desenlace de la anterior eliminatoria.