Daniel Provencio (Madrid, 1987), prácticamente un desconocido para buena parte de la afición deportivista, enterró el martes las ilusiones coperas del equipo de Víctor Sánchez del Amo con dos disparos que colocaron la eliminatoria en bandeja para el Mirandés. En Riazor, sin embargo, había alguien que lo conocía de sobra y con quien se fundió en un abrazo nada más acabar el partido de vuelta de octavos de final que supuso la eliminación blanquiazul.

Provencio fue uno de esos muchos compañeros que se encontró Lucas Pérez en su camino hacia la elite como proletario del fútbol. Ambos coincidieron en el Rayo Vallecano con el objetivo común de labrarse un futuro como profesionales. Los dos lo consiguieron a base de esfuerzo, pero el presente de uno y otro difiere de sus orígenes compartidos.

El partido de vuelta de la eliminatoria entre Deportivo y Mirandés ofrecía la oportunidad a ambos de reencontrarse después de varios años y tras una primera ocasión frustrada porque Víctor Sánchez no convocó a Lucas para el encuentro de ida disputado en Anduva la semana pasada. El entrenador prefirió darle descanso a su jugador más destacado y esa era la idea también ayer a pesar de que el coruñés estaba en el banquillo.

El primer tanto de Provencio y el posterior de Álex Ortiz obligaron al técnico deportivista a recurrir a Lucas y el reencuentro se produjo sobre el césped. Fue agridulce para el delantero blanquiazul porque su equipo quedó apeado de la competición y dio una imagen muy gris ante el conjunto de Segunda División en el que milita su excompañero, convertido en el protagonista del partido. Los focos fueron para él en una noche en la que tuvo la atención que parece reservada a jugadores como Lucas.

Criado en la cantera del Rayo junto al coruñés, la carrera de Provencio no ha alcanzado sin embargo las cotas de este, a pesar de que han seguido caminos parecidos. El centrocampista del Mirandés probó fortuna en el Cluj rumano, como lo hizo Lucas en Ucrania y Grecia, antes de recalar en el conjunto burgalés el curso pasado. Este año no contaba para Terrazas, pero acabó convenciéndole.