Como se venía comentando, Víctor Sánchez optó por reforzar las bandas que tantos problemas le estaban dando los últimos partidos y utilizó dos lateralres reconvertidos como Juanfran y Luisinho para no dejar superioridades numéricas ante los rivales ante la defensa deportivista, ya que últimamente nos llegaban demasiado fácil los centros en desventaja para la defensa.

Curiosamente las dos primeras oportunidades llegarían ayer de esa forma. Los primeros 25 minutos fueron de dominio realista y solo una serie de errores dejaron el balón a Luis Alberto para empujar a portería vacía. De ahí al final de la primera parte varias ocasiones donostiarras y un Lux inspirado que nos hace llegar con ventaja al descanso.

En la segunda empezamos con las mismas sensaciones que la primera, aunque con los deportivistas más pendientes de cerrar a Vela y a Bruma, que nos habían hecho pasar por situaciones complicadas.

Llega el cambio de Jonás Gutiérrez, la jugada tonta del partido y un penalti que nos cuesta el empate. De ahí al final del partido el mismo guión. En resumen, partido malo del Deportivo: sin posesión de la pelota, sin profundidad y sin la entereza que había mostrado hace un mes.