El gallego es negativo quizá por naturaleza y quizá por eso la visita del Valencia evoca momentos de lamento para el deportivismo; quizá por esa circunstancia se recuerden solo los malos momentos, en especial los más recientes: los dos partidos que cerraron la Liga en 1993-94 y en 2010-11. Hace poco más de 20 años el Deportivo se quedó a la puerta de conquistar la Liga tras empatar sin goles ante el equipo valencianista; fue aquel encuentro en el que González le detuvo un penalti a Djukic en el tiempo añadido. Y hace cuatro años y medio, también en la última jornada, el equipo coruñés regresó a Segunda División tras perder con los valencianistas. En ambos casos el escenario fue Riazor. Como mañana. Sin embargo, no todo los enfrentamientos con el equipo de Mestalla causaron lágrimas. Fue el Valencia el último protagonista indirecto del primer título oficial en la historia del club coruñés -la Copa del 1995-; fue el Valencia, una vez más, el rival que sucumbió ante los blanquiazules en la Supercopa de España de 2002, que los levantinos afrontaban como campeones de Liga y los coruñeses como vencedores de la Copa del Rey -Centenariazo-.

Víctor Sánchez, actual entrenador blanquiazul, tuvo un protagonismo especial en aquella Supercopa, pues marcó el segundo de los tres goles que los blanquiazules le endosaron a los ché en Riazor en la ida (3-0) y puso la puntilla en el tiempo extra en el encuentro de vuelta disputado en Mestalla (0-1). Fue el último título oficial que llegó a las vitrinas de la plaza de Pontevedra, el sexto en la historia de la entidad deportivista. El Valencia como protagonista, igual que lo fue en la final de la Copa de 1995, que se disputó en dos días. Aquellos 24 y 27 de junio permitieron al cuadro deportivista cobrarse la venganza de lo sucedido un año antes (14 de mayo de 1994) y alzar el primer título de su historia. Manjarín y Alfredo desarrollaron el papel estelar en esos dos días en los que el deportivismo mostró un papel más que destacado, con más de 20 mil seguidores en las gradas del Bernabéu un martes, un día laborable.

El inicio

Había resentimiento y años después hay quien dice que más que por el comportamiento de los futbolistas del Valencia -primados por el Barcelona- fue por la actitud individual del portero González al detener el penalti de Djukic. El paso del tiempo permite entender, a diversos testigos, que los jugadores visitantes tampoco opusieron excesiva resistencia a los deportivistas. Solo que los delanteros no tuvieron su día. Algo parecido sucedió 17 años después, también en Riazor, cuando el Valencia venció (0-2) y el Deportivo se fue a Segunda. En parte por el triunfo del Zaragoza en el campo del Levante, partido que la justicia investiga ahora. Aquel choque del 21 de mayo de 2011 se recuerda como el de los errores de los atacantes coruñeses. Había marcado Aduriz -hoy en el Athletic- en el minuto 4 en un remate que casi ni buscaba portería. Remató la faena Soldado en el 94 cuando no le quedaba más remedio que meter el balón después de que los atacantes chés hubiesen desistido de abusar de un equipo, el Deportivo, rendido en defensa.

Fue el primer descenso desde 1991. Fue uno de los golpes más duros que sufrió el deportivismo, casi comparable al recibido en 1994. El Valencia era, y es para algunos, un enemigo y no un adversario, aunque el paso el tiempo demuestra que, salvo alguna individualidad, tampoco se esforzó por quitarle la victoria al Deportivo, ni en 1994, ni en 2011. Algunos hablan de simples recuerdos, de partidos que se ven de otra forma con el paso del tiempo; para otros son realidades que acaban de disfrutar gracias a que ambos encuentros están grabados y se pueden volver a presenciar o, en el caso de los más jóvenes, ver por primera vez. Lo más positivos se conforman con recordar el contundente triunfo de la pasada temporada en Riazor. Una goleada que demuestra que ante el Valencia no todo son lágrimas.