Tiene mucho valor y mucho mérito seguir compitiendo y siendo jugador profesional después de tanto tiempo. No es nada fácil y lo digo por experiencia. Manuel es un hombre que ha marcado una época en A Coruña, por todos estos años que ha jugado allí y por haber estado en diferentes situaciones del equipo, en momentos muy buenos y también en otros difíciles. Que siga ahí aportando es muy bonito. Es una persona que tiene mucho valor por lo que él representa, por su forma de ser y por el comportamiento que ha tenido siempre. Es un ejemplo para mucha gente.

No sé si dejaremos el fútbol al mismo tiempo pero ya estamos los dos en la recta final y en ese sentido a veces hemos bromeado, sobre el tema de a ver quién aguantaba más, pero nunca hemos pensado mucho en eso porque tenemos una manera de entender la vida y el deporte en la que nos centramos en el día a día, en la constancia, en el entrenamiento y en la ilusión. Cuando llegue el momento de dejarlo lo haremos como nosotros somos, muy normales y con mucha naturalidad.

En el plano personal me siento muy feliz de que seamos amigos y de todo lo que he vivido con él. Nunca nos podíamos imaginar, cuando empezábamos en Las Palmas, que estaríamos toda una vida juntos, y encima siguiendo en el fútbol de elite los dos con la edad que tenemos. Es algo especial y también es especial para mí poder compartir todo eso con él aunque sea en la lejanía. Estamos viviendo más o menos el mismo momento de nuestra carrera y yo me siento muy feliz por poder sentirme así con él y tener ese vínculo que tenemos juntos después de tanto tiempo. Nos conocemos perfectamente, él a mi familia y yo a la suya, y siempre hemos congeniado bien. Somos como hermanos porque hemos pasado media vida juntos y hemos compartido muchísimas cosas, en nuestro trabajo y fuera de nuestro trabajo.