El Deportivo recuperó su mejor versión justo cuando más lo necesitaba, en pleno bache de fútbol y resultados, pero esa notable mejoría no fue suficiente para ganar. Y eso que fue superior al Valencia en todo, salvo en el marcador. Duro desenlace para los blanquiazules, como el día del VillarrealVillarreal, con gol en contra a última hora y algunas decisiones arbitrales que volvieron a perjudicarles. Ayer Melero López anuló un tanto legal a Lucas a instancias de su asistente por un fuera de juego que no existió. Era el 2-0, pero no subió al luminoso de Riazor. Al margen del resultado final, el Dépor recuperó de golpe sus principales señas de identidad, ese fútbol que le llevó a coquetear con Europa durante varias jornadas. El sabor es amargo porque volaron dos puntos de Riazor, pero las sensaciones y la imagen del equipo vuelven a ser muy positivas.

Los blanquiazules rescataron el manual del éxito que les acompañó durante casi toda la primera vuelta, el de formar un bloque compacto que concede pocas ocasiones. El Dépor fue mejor con y sin balón. En la fase defensiva, volvió a juntarse como solía hacer para dificultar las cosas al rival. En el centro del campo Pedro Mosquera subió mucho su nivel con respecto a las últimas semanas y lideró con éxito la zona ancha junto a Álex Bergantiños, también muy entonado.

En ataque el Deportivo se mostró mucho más lúcido que en las jornadas más recientes, unas veces tocando el balón con paciencia a la espera del momento adecuado para romper líneas, y otras saliendo a la contra para aprovechar la velocidad de Luis Alberto y Lucas Pérez. El Valencia colaboró perdiendo muchos balones en el centro del campo, lo que dio lugar a que el gaditano y el coruñés reeditaran la sociedad ofensiva que tan buen resultado está dando desde que empezó la temporada.

Frente al Villarreal y la Real Sociedad fue Lucas el que fabricó la jugada para que marcara Luis Alberto. Anoche fue justo al revés. El andaluz se inventó un gran pase y el pichichi definió como los grandes nueves. No se precipitó ante Ryan. Lo regateó con habilidad para rematar a puerta vacía con la derecha. Golazo del coruñés, el decimotercero en su cuenta particular, que sirvió para romper su paréntesis de cuatro jornadas sin marcar. El Dépor pudo sentenciar en la segunda parte, pero le faltó pegada para matar el partido y eso mantuvo con vida al Valencia hasta el gol salvador de Negredo. Continúa el gafe para los blanquiazules, que siguen sin ganar en lo que va de año.