Juanfran simbolizó el sábado después de que el árbitro pitara el final del partido y el Deportivo encadenase doce encuentros sin ganar la frustración de un equipo que no consigue sacarse de encima una racha que empieza a pesar en la clasificación pero también en las piernas de los jugadores. El lateral madrileño se arrodilló y se inclinó con la cara hacia el césped, hundido después de que a los blanquiazules se les escapara otra victoria en el último suspiro y además de la manera más cruel, con un gol en propia puerta. La fortuna volvió a esquivar a los deportivistas, sumidos en una especie de maldición desde hace ya dos meses y medio. La imagen de Juanfran era la de la frustración, aunque después ese sentimiento se tornó en resignación cuando los jugadores comenzaron a tomar la palabra en la zona mixta. El triunfo, lamentaban, se les terminó escapando en tres jugadas a balón parado y en un autogol, pero hace once jornadas que el Deportivo no consigue dejar su portería a cero y en las últimas dos ha encajado siete tantos. "Detalles", según el técnico blanquiazul, Víctor Sánchez del Amo, pero que al fin y al cabo deciden partidos.

►Sangría de goles. Desde el empate en Getafe, hace once jornadas, el equipo no ha conseguido dejar su portería imbatida. Casi son las mismas que lleva sin ganar, lo que se traduce en la peor racha de resultados desde que arrancara la temporada. El Deportivo ha perdido la solidez que mostraba al inicio del campeonato, cuando destacaba entre los conjuntos que menos oportunidades concedía a los rivales. Desde entones ha encajado 23 goles, por debajo de los 16 que recibió en las 17 primeras jornadas del campeonato. El problema se ha agravado en las últimas semanas, coincidiendo con la baja por lesión de Sidnei. En los dos últimos compromisos a los blanquiazules les han endosado siete tantos.

►El balón parado, asignatura pendiente. Era una parcela que a los deportivistas se les había atragantado todo el curso, pero el sábado se convirtió en una pesadilla. Tres acciones de estrategia sirvieron al Málaga para llevarse un punto de Riazor, que censuró al mismo tiempo el poco rendimiento que obtiene el conjunto de Víctor Sánchez del Amo de este tipo de situaciones. La manera en la que ejecutan los córners empieza a desesperar a una parte de los aficionados mientras el técnico se niega a explicarlas.

►Dudas en las piernas. La inercia del equipo desde hace más de dos meses empieza a somatizar en las piernas de los jugadores, menos frescas que al comienzo de un campeonato en el que se imponían en prácticamente todos los duelos individuales. El Deportivo volaba por entonces después de una pretemporada planificada al milímetro, pero las piernas empiezan a pesar. El equipo tiene menos vigor y a eso hay que sumar la mochila que representan las doce jornadas sin ganar. Hay menos atrevimiento y también menos acierto, como lo demuestra la ocasión que desperdició Lucas por dos veces ante Kameni el sábado.

►Matices en el trivote. Víctor volvió a apostar por un trivote muy cuestionado. Las experiencias ante Mirandés, Espanyol y Granada habían sido descorazonadoras, pero el sábado se vio otra versión. Borges no sufrió en la banda porque por delante tenía a Cartabia o a Luis Alberto. El que lo hizo fue Pedro Mosquera, que cada vez tiene menos ascendencia en el juego del equipo. El principal perjudicado en ese caso es el propio conjunto deportivista.