Víctor, consciente del equipo que tenía enfrente, planteó el partido con un repliegue intensivo, situando dos líneas muy juntas y entre ellos a Pedro Mosquera para tapar los huecos en la línea de medio campo. A bastante distancia estaba Jonathan Rodríguez, a la espera de un balón largo con el que intentar ganarle la espalda a la defensa rojiblanca. Mantuvo este planteamiento a pesar el gol en la primera parte. Fue otro gol a partir de un centro lateral sin oposición en el remate desde atrás, con una falta de intensidad alarmante de Manuel Pablo en la búsqueda del balón. Muy poca profundidad en este tiempo, realizando un solo tiro a puerta.

En la segunda parte, con la lesión de Manuel Pablo aprovechó para sustituir a Bergantiños, poniendo a Luis Alberto y a Róber. El primero acompañó a Jonathan en ataque, pero justa tras esta modificación llegó el segundo gol, producto de una jugada ensayada que hemos visto repetir al Atlético toda la temporada. Un despiste en la salida de balón volvió a ser letal.

La entrada de Riera tampoco hizo que tuviéramos la sensación de sacar algo positivo. Debemos olvidad este partido y pensar en la final contra el Levante. Todo lo que no sea un victoria será un gran aumento de nerviosismo para todos.