Jugadores veteranos del Deportivo vivirán el clásico de mañana en Balaídos empujando, corriendo, rematando y defendiendo, pero solo en su cabeza, no como hacían años atrás cuando se enfundaban la camiseta blanquiazul para saltar al verde de Balaídos. "Un derbi es un derbi, ahora y siempre; y nunca hay favoritos", aseveran algunos de los exblanquiazules. La única diferencia que establecen es que "antes había muchos más gallegos en ambos equipos".

"Son partidos maravillosos, distintos, de los que te encanta jugar", recuerda Manuel Ríos Quintanilla, Manolete, centrocampista blanquiazul en la década de los sesenta. "Nunca se puede hablar de que uno es favorito por muy bien que esté en ese momento", añade. "Este año, por juego y clasificación, el Celta parece un poco superior, pero no significa que vaya a ganar. Es más, incluso dar un resultado me parece una imprudencia", añade.

Eduardo López Beci, delantero en la misma época de Manolete, es de la misma idea de su antiguo compañero. "Son partidos muy especiales y es muy difícil hacer un vaticinio". "Puede pasar de todo", afirma José Antonio Vilariño, Piño, extremo en la década de los setenta, donde también formó con Beci. "Son partidos de corazón. Puede mucho más el corazón que la cabeza y se puede dar cualquier resultado", agrega. Para Ramón Piña, defensa de la generación siguiente a los anteriores, los derbis "suelen ser partidos muy nivelados, independientemente de la clasificación que ocupe cada uno".

Se resisten a hablar de favoritos, pero reconocen que el Celta está en mejor situación esta temporada, aunque también apelan a los números para loar el potencial del Deportivo. "Los números son para las estadísticas", destaca Beci, "pero ni juegan. No sirven para nada porque cada partido es un mundo", asevera el exgoleador. "La historia del Deportivo es muy bonita y la temporada que está haciendo el Celta también hay que reconocer que está siendo buena, pero nada de eso sirve porque de una semana para otra pueden suceder muchas cosas, y cuando saltas al campo muchas más", dice Piño.

Hay situaciones que afectan al comportamiento colectivo y también al individual. "La victoria del Deportivo contra el Levante fue fundamental para encarar el partido de Balaídos; ahora los jugadores llegarán sin la presión, sin la necesidad de tener que ganar por la situación en la clasificación. Les va a dar más libertad", manifiesta Piño. El defensa Ramón Piña coincide. "El estado de ánimo es importante por ese partido y esos tres puntos pueden ser decisivos en el encuentro de Balaídos". De todas formas el exdefensa reclama que el equipo blanquiazul "recupere la solidez defensiva que mantuvo durante buena parte de la temporada. Defendiendo bien y contragolpeando mejor puede hacer mucho daño", se atreve a decir.

Cabeza y corazón, elementos que no faltarán en este encuentro. "Recuerdo que en nuestra época influía muchísimo más la cabeza", confiesa Piño. "Quizás porque había muchos más jugadores gallegos y de la casa en ambos equipos de los que hay ahora", explica. "De todas formas, tensión siempre hay porque aunque los jugadores no sean de aquí siempre se ven afectados por el ambiente. Aquí tienen amigos que son socios, aficionados, están en la calle y escuchan a la gente. Todos saben los que significa el partido y por eso todos lo viven de otra forma aunque no sean de aquí. No lo harán igual que nosotros, los de casa, pero sí saben lo que significan y su trascendencia", añade Eduardo López Beci.

¿Un resultado? Ninguno se atreve a dar un pronóstico. "Son partidos muy igualados y es difícil dar un resultado", dicen todos. Eso sí, en off, demostraron que no son en absoluto pesimistas a pesar de la buena temporada del Celta.