Los más de 700 aficionados del Deportivo que viajaron a Vigo para presenciar el derbi demostraron desde el primer momento su fidelidad al equipo coruñés, animando a sus futbolistas y dejándose notar pese a ser clara minoría en Balaídos, que no se llenó para la ocasión. Ni siquiera la intensa lluvia, que por momentos llegó a mojarles en su grada de Río Alto, les impidió vibrar con la emoción de este tipo de duelos tan tensos y espectaculares. Empezaron festejando el gol de Borges y acabaron festejando un empate que, tal y como se puso el partido, les supo a triunfo.

Como había ocurrido en la primera vuelta en Riazor, la normalidad presidió el ambiente del derbi desde horas antes de que el balón comenzara a rodar. No hubo incidentes con el bus del Deportivo, que apuró su llegada hasta una y veinte minutos antes del arranque del encuentro. El primero en bajar las escaleras del vehículo y acceder al estadio fue el delegado, Juan Ángel Barros. Poco después salió Víctor Sánchez, el siguiente en escuchar los silbidos del centenar de aficionados celestes que acudieron a recibir a los equipos. No se dieron cita demasiados seguidores locales por la intensa lluvia que caía y también por la coincidencia en horario con el otro derbi, el Barça-Madrid, que muchos aprovecharon para seguir por televisión

El autocar blanquiazul se detuvo justo detrás del del Celta, cuyos futbolistas accedieron al campo apenas cinco minutos antes que sus rivales. Lucas Pérez, como de costumbre, fue el último en apearse del vehículo. Todos reflejaban concentración y responsabilidad en sus rostros, conscientes del carácter singular de este tipo de partidos de máxima rivalidad.

Tampoco hubo problemas a la llegada de los autobuses de los aficionados deportivistas, que sobre las 21.30 accedieron rápidamente a sus asientos en la grada de Río Alto. Desde allí unieron sus voces a las de los seguidores locales para, justo antes del pitido inicial, cantar todos a una el himno gallego, emocionante como el entonado en Riazor en la primera vuelta. Luego, cada uno animó a los suyos hasta el empate final, que dejó bastante contenta a la afición blanquiazul.