El Deportivo afrontó el partido contra Las Palmas con el propósito de conseguir una victoria que le hubiera dado la salvación virtual a falta de seis jornadas. Sin embargo, solo arriesgó de verdad cuando se vio por debajo en el marcador.

EPrimera parte plana. Hasta el descanso el encuentro transcurrió con un ritmo muy bajo. El Dépor estuvo más preocupado de defender que de atacar, aunque no sufrió demasiado atrás porque Las Palmas no transformó en ocasiones su claro dominio de la posesión.

EPocas contras. El plan era dejar que el rival llevara la iniciativa para tratar de sorprenderlo al contraataque, como en el partido de la primera vuelta en el estadio de Gran Canaria. Sin embargo, pocas veces salió el Dépor en velocidad. Solo Fede Cartabia le dio algo de chispa al ataque con varias cabalgadas desde su propio campo.

ECambio de plan obligado. Tras el descanso, el Deportivo se encontró con el 1-0 en una acción aislada pero Las Palmas tardó muy poco en darle la vuelta al marcador. Eso hizo que el plan blanquiazul cambiara por completo al tener que dar un paso al frente. Siguió sin fluidez arriba pese a la entrada en el campo de Fayçal y Jonathan.

EFallos que penalizan. Los dos primeros goles visitantes son evitables, consecuencia ambos de errores defensivos del equipo coruñés. El tercero, con el Dépor totalmente volcado, fue una contra clara en el tiempo de compensación. Ya son quince las jornadas consecutivas recibiendo al menos un gol.

EAtaque sin freno. A falta de fútbol, el Dépor recurrió al corazón para encerrar al rival en su área. Dispuso de ocasiones lo suficientemente claras y numerosas como para haber arañado un punto, como mínimo, pero le faltó puntería y una pizca de fortuna. Luis Alberto, Jonathan, Borges y Lucas estuvieron a punto de marcar.

EFe hasta el final. Por lo menos, el Deportivo nunca bajó los brazos con el marcador adverso y se vació en el campo en busca del gol del empate, que no llegó. Todos se exprimieron en ese arreón final contundente, pero infructuoso. Hasta el 1-3, nadie perdió la fe.