Repitió sistema Víctor Sánchez, con el cambio obligado de Manu y Lopo, buscando la presión en la zona defensiva del equipo canario, que cuando salía de esa primera línea de presión se dedicaba a tener el balón sin verticalidad alguna. Esto hacía sentir cómodo al Deportivo, cuyos jugadores se dedicaban a bascular de un lado a otro viendo como movían la pelota los canarios, lo que provocó unos primeros 45 minutos aburridos. Ya en la segunda parte parecieron despertar los dos equipos, sobre todo a partir del gol del Deportivo, buscando la portería, principio básico del fútbol, con un movimiento más rápido y vertical del esférico. El cambio de Fayçal por Cani, que parece que solo aguanta 60 minutos, no influyó para mucho en el equipo coruñés, que ya entonces empezaba a robar balones y creando alguna ocasión clara de gol. Después Víctor trató de buscar los espacios libres a las espaldas de los defensores con la entrada de Jonathan y pasando Luis Alberto a la banda izquierda, pero cuando todos esperábamos el segundo gol del Deportivo llegó el 1-2 en una jugada de estrategia ante una pasividad alarmante e imperdonable para un equipo de Primera División. A estas alturas de temporada es inconcebible que sigamos recibiendo goles de esta manera. De ahí al final, numerosas ocasiones del Dépor aunque sin materializarlas, a pesar de que hubo muchas claras, y la contra de Las Palmas que mata el partido definitivamente.