En los últimos diez años el Sevilla se convirtió en uno de los grandes del fútbol español e incluso del fútbol continental donde domina en la Liga Europa, la segunda de las competiciones de la UEFA. Un rival complicado y que de la nobleza; sin embargo no hace demasiado, el club de Nervión se doblegaba ante la presencia del Deportivo. Desde el reencuentro de los blanquiazules con la Primera División (temporada 1991-92) hasta la campaña 2004-05 los coruñeses nunca perdieron contra los sevillistas en la Liga. Tampoco en Copa.

Durante diez temporadas -catorce años porque los andaluces pasaron tres campañas en Segunda en ese periodo- los deportivistas fueron capaces de sumar siempre ante los sevillistas. La racha se rompió en la 34ª jornada de la campaña 2004-05 en el Sánchez Pizjuán, donde los blanquiazules sucumbieron (2-0), con goles de Adriano y Navas. En la primera vuelta habían cedido un empate (2-2) cuando hasta entonces todo eran victorias en Riazor y no se había producido ninguna derrota en Nervión. Veinte partidos invictos ante los sevillistas. Con un global de quince victorias y cinco derrotas para los blanquiazules.

Eran años en los que los partidos contra el Sevilla se contaban casi por victorias, a tenor de los números que ofrecían las estadísticas. Incluso en la Copa del Rey el Deportivo superó a los andaluces. En aquel primer año en Primera, tras el retorno, los jugadores blanquiazules vencieron en Riazor (3-1) y empataron en el Pizjuán (0-0). El Sevilla acabó en la 12ª posición y los coruñeses jugaron la victoriosa promoción contra el Betis. En ese mismo curso ambos equipos se enfrentaron también en la Copa del Rey (cuartos de final) con doble triunfo para los futbolistas de Arsenio Iglesias (0-1, en el Pizjuán y 3-1 en Riazor). Después llegaron las semifinales ante el Atlético, que coincidieron en fecha con la promoción. La lección era fácil.

El final de esa racha victoriosa coincide con el bajón de los blanquiazules y el despegue de los sevillistas. La temporada 2004-05, la primera en la que los andaluces consiguen ganar y los blanquiazules solo pueden empatar un partido, es aquella en la que el club coruñés empieza a desinflarse. Es la última en la Liga de Campeones; es la último de Fran, de Mauro Silva, de Irureta. Es la que supone el final de un ciclo brillante. Y la que permite al Sevilla iniciar otro exitoso: 4 Ligas Europa/UEFA; una Supercopa de Europa y una Copa.