El entrenador del Barcelona, Luis Enrique Martínez, prefiere mirar el "lado positivo" de la mala dinámica por la que pasa su equipo, que sumó uno de los 12 últimos puntos posibles en la Liga, y admitió que celebrarán una gran fiesta si levantan el título.

"Me va el ritmo y la adversidad, lo tengo en los genes gijoneses; soy así de gilipollas. A mí me va el baile, tengo unas ganas enormes porque no me puedo imaginar el fiestón que nos vamos a pegar si ganamos la Liga", aseveró el entrenador en la rueda de prensa previa al encuentro de esta tarde.

El preparador asturiano afronta con optimismo la visita a Riazor, donde espera que su equipo juegue como lo hizo contra el Valencia, si bien confía en que su jugadores estén más acertados de cara a portería. "Me aferro a mis jugadores, a su actitud, a la manera de competir que tienen y a la fe que tengo de que puedan ganar todos los partidos que quedan. Hay que mejorar y conseguir que el rival te llegue menos", ha enfatizado.

En este sentido, quiso enviar un mensaje positivo a su plantilla: "Me basaría en lo que estamos haciendo ahora. Hay que centrarse en lo positivo e intentar que los aspectos negativos generen menos secuelas y que el jugador las supere". En cualquier caso, al ser preguntado por la mentalidad de sus jugadores en este último tramo de la temporada, Luis Enrique recordó que "si necesitan ayuda psicológica, tiene al mejor psicólogo deportivo" en el club: Joaquín Valdés.

El Barcelona buscará ante el Deportivo acabar con la racha de cuatro jornadas ligueras sin conocer la victoria que le ha dejado sin margen de error en la Liga, cuando quedan cinco para su finalización. "Hay que ir creciendo en confianza que es una de las cosas básicas en nuestra situación", puntualizó el técnico azulgrana, quien aseguró que si no se viera capaz de revertir la situación "no estaría sentado" en el banquillo azulgrana.

No piensa Luis Enrique en los partidos de sus rivales directos, Madrid y Atlético, y prefiere centrarse en el duelo contra el Deportivo, un equipo que logró un empate del Camp Nou en la primera vuelta. "No me interesa lo que hagan nuestros rivales, me interesa lo que haga el Barça. Tenemos que ser mejores que el Deportivo y va a ser difícil. Hay que ganar fuera de casa, algo complicado, máxime en nuestra situación", recordó el técnico asturiano.

Sobre los peligros del cuadro blanquiazul, destacó los "diferentes recursos y posibilidades" en la presión defensiva del equipo de Víctor Sánchez del Amo. Ante las bajas de los centrales Piqué, por sanción, y Vermaelen y Mathieu, por lesión, puede reaparecer Bartra en el eje de la zaga, uno de los jugadores menos utilizados por Luis Enrique. "Bartra está más que preparado. Tengo confianza en que si juega lo hará a las mil maravillas. Se merece esta oportunidad y que le salga bien. Tengo mucha tranquilidad y confianza con él", admitió.

Por último, Luis Enrique eludió responder a si ya se tomó una decisión al respecto de la petición de la Confederación Brasileña de Fútbol de que Neymar da Silva juegue este verano la Copa América y los Juegos Olímpicos, que se celebrarán en Río de Janeiro.

"Neymar está pendiente de jugar mañana -hoy- contra el Deportivo. Lo demás habrá tiempo, tenemos un veranito largo", zanjó el entrenador barcelonista.