Víctor Sánchez del Amo optó por un 4-4-2 para plantar cara al todopoderoso Barça. Sobre el papel, el plan podía funcionar. Pero los pupilos de Luis Enrique supieron encontrar huecos para batir, sin apenas oposición, a un Manu Fernández que no acaba de estar cómodo bajo palos ni dar seguridad a los suyos. A la contra, los azulgrana mataron a los coruñeses y le endosaron la mayor goleada de la historia del club en un partido en Riazor. Fue también el Barcelona el que le había metido siete en la temporada 1955-56.

Al técnico deportivista le salió mal el dibujo de la semana pasada en Sevilla, cuando alineó a cinco defensas. Ayer, en Riazor, volvió a echar mano de un plan que solía ser el habitual. Un 4-3-1-2 para atacar y 4-4-2 para defender. Con las sanciones de Arribas y Lopo, el entrenador deportivista se vio obligado a mover ficha y colocó a Navarro de central junto a Sidnei, dejando a Laure y Juanfran en los laterales.

Cuando arrancó el choque, un Deportivo muy bien organizado fue capaz incluso de crear peligro en el área protegida por Claudio Bravo. Las buenas sensaciones se esfumaron en solo ocho minutos. Fue mediante un saque de esquina, el único gol a balón parado que metió ayer el Barcelona.

Las escapadas a la contra fueron las que salvaron al equipo catalán de ser el centro de atención. Apurado tras haber encadenado tres derrotas consecutivas en Liga -Madrid, Real Sociedad y Valencia-, necesitaba una victoria contundente que le permitiese seguir en lo más alto de la clasificación. El Deportivo, por tanto, volvió a recibir el calificativo de resucitador. Dio vida a equipos en la cuerda floja a lo largo de la temporada y ayer puso al Barça la liga en bandeja. Sintiendo el aliento de Atlético y Madrid en la nuca, este triunfo da un empujón al líder para afrontar la recta final, un total de cuatro partidos.

Hasta el 0-3, el Dépor aún mandaba algún mensaje de peligro. Después de que se luciese Luis Suárez, Rakitic marcó el tercero también al contragolpe. Situado en el segundo palo, anotó a placer. A partir de ahí, ya metidos en la segunda parte, el partido no hizo más que ir a peor para los locales. Manu Fernández fue nulo en el uno contra uno. Y así el Barcelona llegó a acumular ocho goles en su cuenta personal. La mayor goleada encajada en casa por el conjunto coruñés en toda su historia. Le metió ocho también el Madrid la temporada pasada, pero el Dépor maquilló el resultado con dos tantos. Ayer fue incapaz.