Va a finalizar la Liga y la asignatura pendiente sigue siendo, una jornada más, los cambios antes y durante el partido. Poquísimas veces hemos repetido alineación a lo largo de la temporada, lo cual no es normal, y los cambios realizados el miércoles antes y durante el partido no fueron acertados. Después de este partido, el Barcelona no tenía ni final de Champions ni un Mundialito (la lotería no toca tres veces seguidas), pero además jugó con la mínima intensidad posible para meter ocho goles con tres jugadores que se pasaron muchos minutos andando. Me pareció el Barcelona más flojo de los últimos años.

Recientemente vimos como el Atlético de Madrid, igualado con el Barcelona en la clasificación liguera, planteaba sus partidos de Liga de Campeones fuera y en casa con un repliegue intensivo, con marcajes férreos, disciplina táctica y jugando con una intensidad y una concentración al límite. Nosotros, en cambio, afrontamos el partido como si no tuviéramos ni idea de qué manera jugaba el rival. Independientemente de alguna ocasión en el primer y segundo tiempo, pero ajustándonos al planteamiento táctico presentado, la goleada era cuestión de tiempo para pagar los platos rotos. Como decía al principio sobre los cambios: si lo fuerte del Barcelona y lo débil del Deportivo son las bandas, ¿cómo dejamos solos a los dos laterales y uno fuera de su demarcación habitual? ¿No sería más razonable presentar unas bandas fuertes con Laure y Juanfran en la derecha y Navarro y Luisinho por la izquierda, con Bergantiños de central, que ya jugó en esa demarcación cumpliendo bien? Por lo tanto, me hago la siguiente pregunta, ¿qué pasa con Luisinho? Porque estar en el banquillo estaba, lo que significa que podía jugar y de hecho ya lo hizo el domingo pasado en Sevilla.

Con la que estaba cayendo y viendo que Messi, Neymar y Suárez regresaban andando, Laure y Juanfran se iban al ataque sin que nadie le hiciera un mínimo desdoblamiento. Jugarle con dos puntas al Barcelona no es un planteamiento valiente, es un planteamiento suicida. Esa fue la manera de echar al equipo a los leones. ¡Desde mi punto de vista fue un auténtico desastre táctico! Qué pasaría si no llegáramos a tener este colchón de puntos.

De las declaraciones prepartido el único que acertó fue Lucas, por desgracia. De las declaraciones postpartido chocan las de Víctor cuando dice: "Estas cosas no nos agradan, hacen daño en el orgullo". Pues hombre, tenías en tu mano todos los mecanismos para evitarlo.