Los seleccionadores gallegos Míchel Salgado y Fran, exjugadores de Celta y Dépor, han coincidido este viernes al afirmar que el equipo que alinearon ante Venezuela (1-1) optaría a clasificarse para la Liga de Campeones si compitiera en el campeonato nacional.

Míchel, exfutbolista del Celta y del Real Madrid, reconoció que "ya le gustaría tener esta plantilla para poder disfrutar un año en Primera " y apuntó que "trabajando con ellos todos los días, optarían a Champions con cualquier entrenador".

Fran añadió que estaba "totalmente de acuerdo" y se mostró "seguro" de que "podrían pelear por esos puestos" privilegiados de la clasificación de la Liga.

El equipo contaría en ataque con Iago Aspas y Lucas Pérez, "dos demonios", según explicó Míchel, quien apuntó que ambos "podrían hacer daño a muchos equipos" porque son "una de las mejores parejas del fútbol español".

Los dos seleccionadores, que debutaban como técnicos, admitieron su satisfacción por el juego que desplegó Galicia.

En estén sentido, Fran explicó que "el único pero es no haber aprovechado las ocasiones" que tuvieron para cerrar el partido antes de que Venezuela lo empatara en el minuto 93.

"Los jugadores han tenido un compromiso enorme y hay que sacarse el sombrero. Desde el banquillo he disfrutado un montón, me he divertido viéndoles", declaró.

Míchel confesó estar más disgustado por el empate a última hora, porque le "gusta ganar" y más tras un partido en el que Galicia disfrutó de numerosas "ocasiones" y estuvo "bien en defensa".

"Hemos sido una selección muy completa para llevar solo un día de trabajo y eso se debe a la calidad de los jugadores. Hemos sido un equipo que quería manejar el partido y era difícil ante una selección sudamericana que siempre compite y con jugadores que querían demostrar a su seleccionador que deben estar en la Copa América", comentó.

"Que te metan un gol pasando un minuto del tiempo, a mí me fastidia", indicó el exjugador del Real Madrid, que disfrutó en el banquillo, al igual que Fran.

Además, revelaron que los propios jugadores "fueron los primeros" que pidieron tener más partidos de la selección gallega, que llevaba más de siete años sin competir.